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El gobierno argentino no cede ante el recrudecimiento de las protestas agropecuarias

EFE

La presidenta argentina, Cristina Fernández, dijo hoy que no cederá a "ninguna extorsión" del campo, en respuesta a los productores agropecuarios que resolvieron extender por tiempo indeterminado los bloqueos y la huelga comercial que ya provoca el desabastecimiento de algunos alimentos básicos.

Fernández tildó de "paso de comedia" a las protestas que las cuatro entidades agrarias del país realizan desde el pasado día 13 en contra del alza a los impuestos a las exportaciones de soja y girasol y de la política oficial hacia el campo.

Las organizaciones, que reúnen a unos 290.000 productores agropecuarios, decidieron hoy continuar con la medida de fuerza hasta "cuando sea necesario" y el Gobierno de marcha atrás con el nuevo esquema de impuestos a las exportaciones, que se ajusta de acuerdo con los precios internacionales de los granos.

El nuevo sistema impositivo es "una confiscación" adicional de 2.500 millones de dólares anuales, según la asociaciones agropecuarias.

Además de no enviar granos y carnes a los mercados concentradores, los productores han realizado cientos de bloqueos sobre carreteras de todo el país, donde la tensión se dejó ver en los últimos días por la tentativa del sindicato de camioneros, afín al Gobierno, de evitar los piquetes agropecuarios.

Para la presidenta, en las movilizaciones de los últimos días se han visto "los piquetes de la abundancia, de los sectores de mayor rentabilidad", en contraste con los de "la miseria y la tragedia" que protagonizaron los desocupados durante la severa crisis de 2001-2002.

"Yo puedo entender los intereses de sector, pero quiero que sepan que soy presidenta de todos los argentinos y que tengo que gobernar para todos los argentinos", insistió Fernández, que llamó al pueblo a realizar un "esfuerzo muy grande de tolerancia" porque "las pujas distributivas generan violencia".

"Quiero llamar a estos sectores a la reflexión, pero no me voy a someter a ninguna extorsión, a ninguna", insistió.

Fernández justificó los impuestos a las exportaciones, no como una medida fiscal sino de corte "redistributivo" y que a su criterio evita que los alimentos tengan "valores prohibitivos" para los argentinos por la fuerte demanda desde el exterior.

Las palabras de Fernández pronunciadas durante un acto en la sede del Ejecutivo fueron seguidas en directo por los productores apostados en las carreteras.

"La presidenta no entiende nada de campo. Quiere enfrentar el campo con la ciudad. Le recuerdo que aquí, en el campo, hay 200.000 familias pobres", dijo tras escuchar el discurso presidencial un dirigente agropecuario de la provincia argentina de Entre Ríos.

Fernández recordó que el campo se ve beneficiado por costos salariales bajos, combustible subsidiado y un tipo de cambio que incentiva las exportaciones, lo que le proporciona "una rentabilidad nunca vista".

Pero, los representantes del sector aseguran que soportan una "fuerte distorsión" de los costos de producción y que la nueva política fiscal supondrá el pago de impuestos de unos 10.500 millones de dólares anuales sin que haya mayores beneficios por los subsidios que da el Ejecutivo.

Con las sucesivas subidas de los impuestos a la exportación de materias primas, entre ellas los productos agrícolas, el Fisco argentino "capturó en los últimos cinco meses" una recaudación adicional equivalente a 6.000 millones de dólares, destacó hoy un informe de la consultora Ecolatina.

Mientras en las ciudades ya escasean algunos alimentos debido a la huelga hoy no ingresó ningún vacuno al Mercado de Hacienda de Buenos Aires, el mayor del país y en el que la semana pasada sólo se comercializaron 318 animales.

A raíz del paro "se está produciendo desabastecimiento de carne, lácteos y pan en muchos lugares del país", dijo la presidenta de la Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios, Irma Muñoz, quien aseguró que las denuncias recibidas por la entidad "provienen sobre todo de los sectores más necesitados".

Por su parte, la Iglesia Católica exhortó hoy al diálogo entre el Gobierno argentino y los productores agropecuarios, al tiempo que advirtió sobre una "excesiva fragmentación" que "debilita" la sociedad.

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