Este artículo se publicó hace 16 años.
El Gobierno de Bolivia y la oposición mantienen el diálogo
El Gobierno de Bolivia y la oposición procuraban cerrar la noche del lunes un acuerdo sobreun marco de diálogo, a fin de dar salida a una crisis política que dejó un tendal de muertos y millonarias pérdidas porataques, además de bloqueos contra la industria energética.
El considerado encuentro final entre el vicepresidente Álvaro García y el prefecto del distrito sureño de Tarija,Mario Cossío, representante de los líderes de tierras bajas que desafían al Gobierno, fue establecido antes deconocerse el firme apoyo de una cumbre sudamericana al Gobierno de Evo Morales.
El acercamiento, iniciado en dos encuentros previos el viernes y domingo pasados, no produjo una inmediatanormalización de las actividades en Santa Cruz y otros tres departamentos convulsionados por protestasantigubernamentales.
Tampoco impidió que el fiscal general abriera un proceso penal contra el prefecto opositor del departamento dePando, Leopoldo Fernández, acusado de genocidio por una matanza de campesinos en ese distrito, en el incidente máscruento de las protestas contra los planes socialistas de Morales.
Las violentas protestas desatadas hace tres semanas hundieron a parte del país -que cuenta con cuantiosas reservasde gas- en un caos con bloqueos de rutas que dejaron a varias ciudades cerca del desabastecimiento, saqueos acomercios, quema de oficinas públicas y choques entre oficialistas y opositores.
Gran parte de esos bloqueos liderados por el Comité Cívico de Santa Cruz fueron levantados el domingo, peropersistían otros iniciados por grupos partidarios al Gobierno, amenazando con afectar a la feria comercialinternacional cruceña que comenzaría el próximo fin de semana.
Las protestas opositoras buscan frenar una Constitución indigenista-socialista con la que Morales pretendeconsolidar la nacionalización de la economía, prohibir los latifundios, casi todos en Santa Cruz, y dar más poder a losindígenas.
Morales, quien denunció que estas protestas eran parte de una conspiración, recibió un contundente respaldo porparte de sus homólogos sudamericanos, quienes rechazaron en una cumbre en Santiago cualquier intento de golpe ouna división de Bolivia que pudiera alentar la oposición autonomista.
Los mandatarios de nueve países dijeron en una declaración que "rechazan enérgicamente y no reconoceráncualquier situación que implique un intento de golpe civil, de ruptura del orden institucional o que comprometa laintegridad territorial de la República de Bolivia".
Agregaron que constituirán un comité de acompañamiento al diálogo político en Bolivia dirigido por el Gobiernode Morales.
El mandatario indígena, un estrecho aliado de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Brasil, Luiz InácioLula da Silva, expulsó de Bolivia al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, acusándolo de alentar la supuestaconspiración.
/Por Carlos Alberto Quiroga/.*.
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