Este artículo se publicó hace 14 años.
El Gobierno británico anuncia una gran revisión de las prestaciones sociales
El Gobierno británico llevará a cabo una gran revisión del sistema de prestaciones sociales con el objetivo de simplificarlo y de promover la cultura del trabajo frente a la cultura del subsidio, según los planes del ministerio de Economía.
El titular de Economía, George Osborne, adelantó hoy en una entrevista con el diario "Daily Telegraph" las líneas maestras de este plan, cuyos detalles previsiblemente se conocerán esta semana durante la celebración de la conferencia anual del Partido Conservador en Birmingham (centro de Inglaterra).
Empeñado en reducir con urgencia el déficit público británico, que este año se ha situado en cerca de 174.000 libras esterlinas (200.000 millones de euros), el Gobierno de coalición de conservadores y liberaldemócratas ha hecho de la reforma de los servicios sociales un objetivo central.
Osborne está convencido de que se pueden ahorrar miles de millones de libras con una racionalización de las prestaciones sociales, creando un único subsidio que sirva por igual a los desempleados que buscan un empleo y a quienes reciben ayuda económica del Estado por diversos problemas.
Según informó la cadena pública BBC, el ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, ha logrado "un amplio consenso" en el Gobierno para impulsar unas políticas que premien el trabajo y disuadan a los ciudadanos de seguir viviendo gracias a los subsidios estatales porque de esta manera ganan más dinero que con un empleo.
Las estimaciones del Gobierno es que se podrían ahorrar de esta manera 9.000 millones de libras (10.300 millones de euros), que se sumarían a los 11.000 millones de libras (12.600 millones de euros) que el Ejecutivo ya recortó en su primera revisión de los presupuestos generales del Estado el pasado mes de junio.
Según adelanta el diario "The Times", millones de ciudadanos sufrirán la eliminación de prestaciones actuales, como los subsidios a la vivienda, la ayuda por discapacidad o el complemento salarial, que se sustituirán por un denominado un "crédito universal".
El nuevo sistema pretende que cualquier persona que acepte un puesto de trabajo tenga mayores ingresos que si decide seguir cobrando el subsidio de desempleo, lo que a la larga, según el Gobierno, evitará abusos y ahorrará dinero a las arcas públicas.
La política de recortes está causando fricciones en el seno del Gobierno, entre los representantes de los distintos departamentos, cuyos titulares en algunos casos han advertido del desgaste político que estas medidas representan para el Ejecutivo.
El más contundente ha sido el ministro de Defensa, Liam Fox, quien consideró "draconianos" los recortes en los servicios públicos, una afirmación que el propio primer ministro, David Cameron, se apresuró a calificar como "infundada".
Fox y Cameron nunca han tenido una relación fluida y la reciente filtración a la prensa de un carta en la que el primero advertía al segundo de la irresponsabilidad de recortar los fondos para las Fuerzas Armadas ha supuesto la primera crisis de calado en el seno del Ejecutivo desde su llegada al poder en mayo pasado.
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