Este artículo se publicó hace 14 años.
El Gobierno estadounidense llama a la calma en la crisis en Kirguizistán
La Casa Blanca hizo hoy un llamamiento a la calma en la crisis en Kirguizistán, donde la oposición ha formado un nuevo gobierno tras la huida de la capital del país, Biskek, del presidente Kurbanbey Bakíev.
En un comunicado desde Praga, donde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó hoy el nuevo tratado de desarme nuclear START, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que el mandatario "ha seguido muy de cerca la situación en Kirguizistán y continúa vigilando los acontecimientos con su equipo de Seguridad Nacional".
"Instamos a que vuelva la calma a Biskek y a otras áreas afectadas de manera consistente con los principios democráticos y con respeto a los derechos humanos", indicó Gibbs.
El Gobierno estadounidense, agregó, "deplora el uso de fuerza mortal por parte de miembros de los servicios de seguridad contra los manifestantes y por parte de algunos manifestantes".
También se encuentra "preocupado" por los disturbios y los episodios de saqueo, declaró el portavoz.
Estados Unidos, agregó, "tiene un gran deseo de continuar nuestra productiva relación con el pueblo kirguiz y la renovación de la vía democrática en Kirguizistán".
El presidente de EEUU, Barack Obama, y el presidente ruso, Dmitri Medvedev, hablaron sobre la situación en el país centroasiático durante su reunión de más de una hora y media hoy en Praga, antes de la firma del tratado Nuevo START sobre desarme nuclear.
Según el director para Rusia del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Michael McFaul, la conversación sobre Kirguizistán se produjo a instancias de Medvédev.
El alto funcionario no quiso comprometerse acerca del reconocimiento al gobierno formado por la líder de la oposición Rosa Otumbáyeva tras la huida de Biskek del presidente Kurmanbek Bakíev.
Ahora nos concentramos en tratar de que se mantenga la paz, indicó McFaul, quien resaltó que "en estos momentos no está claro quién está al cargo" del país.
Sí indicó que "la gente que supuestamente está al cargo de Kirguizistán es gente con la que hemos tenido contactos durante años. Desde luego, no es un golpe antiestadounidense, eso lo sabemos seguro".
"Tampoco es un golpe que haya sido promovido por los rusos, no hay ningún indicio de ello", señaló el alto cargo.
En Biskek, el Gobierno provisional creado por la oposición asumió hoy el control político y militar de Kirguizistán, mientras Bakíev, huido a raíz de las sangrientas manifestaciones de los últimos días, no renuncia al poder.
Según el Ministerio de Sanidad kirguís, al menos 75 personas murieron, la mayoría por impacto de bala, y un millar resultaron heridas durante los violentos choques, ayer, entre policía y oposición en la capital y otras ciudades.
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