Este artículo se publicó hace 11 años.
"El Gobierno quiere imponer su modelo de familia heterosexual restando derechos a los demás"
La mujer a quien el TSJA acaba de dar la razón tras haber sido discriminada por la Sanidad asturiana en un proceso de inseminación artificial denuncia las intenciones "ideológicas" de Mato con su anunciada reforma del sistem
Dos años, 18.000 euros y muchos dolores de cabeza. Eso es lo que le ha costado a Silvia García, asturiana de 33 años, que los tribunales le dieran la razón y, durante el proceso, lograr quedarse embarazada de Saúl. "Significa "el Deseado" y lo define a la perfección", detalla, sin poder expresar ni cómo se siente en la actualidad. "Contenta, sí...", responde al otro lado de la línea telefónica, donde su voz suena a una mezcla de alegría, rabia, alivio y también el cansancio habitual de quien tiene a un recién nacido despertándole por las noches.
Silvia denunció su caso en 2011, año en el que puso la primera reclamación en el hospital Universitario Central de Asturias (Huca), donde le negaron su derecho a la reproducción asistida porque su diagnóstico de "esterilidad primaria sin pareja" no fue suficiente para los responsables del mismo. Ya en 2012 puso la primera demanda judicial contra lo que ella consideraba una "humillación". Ahora, por fin, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) le ha dado la razón.
"¿Cómo no iba a ser una discriminación, ya no como lesbiana, sino como mujer, si me obligaban a estar con un hombre para poder quedarme embarazada?", recuerda Silvia a Público. "Es más, me estaban obligando a compartir la custodia con un hombre que habría tenido todo su derecho a pedir la patria potestad de mi hijo", señala, molesta.
"¿Cómo no iba a ser una discriminación si me obligaban a estar con un hombre y compartir custodia con él para quedarme embarazada?"
Pero, lejos de rendirse, ella siguió adelante y, tras ir de clínica privada en clínica privada y realizarse cinco inseminaciones y una fecundación in vitro, logró quedarse embarazada. "Ha sido un proceso duro que sólo ha sido recompensado en parte", sentencia. Y es que, de los casi 18.000 euros que se gastó entre "viajes, clínicas, tratamientos hormonales, etc.", el Principado de Asturias sólo le devolverá 7.723 euros. "Es un dinero que no todo el mundo puede pagar, sobre todo, cuando nadie te asegura que vaya a funcionar", advierte. "Además -añade- la sobrecarga emocional que pasamos [Silvia está casada] no se paga con dinero", lamenta. "Tuvimos mucho apoyo de la familia pero, al final, lo pasas todo tú: sufrir un fracaso tras otro, la ilusión y el golpe de cuando no funciona el tratamiento y unirlo al hecho de pensar en el proceso judicial es una lucha muy dura", insiste. ¿Su premio? Su hijo, que tiene sólo un mes de vida y que llegó, con un pan debajo del brazo, justo una semana después de recibir la sentencia firme del TSJA.
"Ahora quiero disfrutar de mi momento, que me lo he ganado", manifiesta orgullosa, al tiempo que reconoce que ahora debe rebajar la intensidad de su pelea desde Xega (Xente Gay Astur), asociación a la que pertenecía y con la que ahora permanece en contacto, "pero de otra manera". Aun así, todavía continúa sin pelos en la lengua y se lanza a criticar la reforma que prepara el Gobierno del PP, encabezada por la titular de Sanidad, Ana Mato.
Precisamente, la ministra, según adelantaron El País y la Cadena Ser, pretende dejar fuera del Sistema Nacional de Salud -es decir, de la financiación pública- a las mujeres solteras o a las parejas de lesbianas que quieran acceder a la reproducción asistida. "¿Y dicen que no se debe a ideología? ¡Es para reírse! El Gobierno quiere imponer su modelo de familia tradicional, donde sólo los heterosexuales tengan derechos mientras se les restan a los demás", denuncia Silvia. "Es para darles una bofetada", concluye.
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