Este artículo se publicó hace 14 años.
El Gobierno ve en el PP predisposición a llegar a un acuerdo
El PSOE cree que hay margen de maniobra para aprobar la reforma sin los apuros del tijeretazo
En público y en privado, tanto el Gobierno como el Grupo Socialista en el Congreso aseguran haber encontrado "buena predisposición" por parte de las principales fuerzas de la oposición para negociar la propuesta de reforma laboral que aprobará el Ejecutivo el próximo miércoles.
El texto remitido hoy a los grupos es un documento susceptible de incorporar sus aportaciones. Este carácter abierto permite al PSOE trabajar con un margen que no tuvo en los preliminares de la convalidación de decreto de medidas de ajuste contra el déficit, que el Ejecutivo salvó por la mínima el 27 de mayo en el Congreso con un solo voto de diferencia.
Los socialistas retoman el lunes su negociación con la oposición
El PSOE no espera en esta ocasión repetir la misma sensación de vértigo. El Congreso debatirá su puesta en marcha el 22 de junio. "Será duro, pero no tanto" como con el ajuste, pronostica la dirección del Grupo Socialista, que rechaza cualquier analogía con la convalidación del tijeretazo: "En una situación excepcional, aquel era un decreto innegociable por sus propias características; era todo o nada". En esta ocasión sí hay capacidad de maniobra, asegura el Ejecutivo.
"Trabajamos ya para obtener el máximo consenso posible", admitió hoy la vicepresidenta primera. "Y ya ha habido alguna conversación", deslizó María Teresa Fernández de la Vega, consciente de que los primeros tanteos de aproximación han estado presididos por la discreción, pero no han sido desmentidos.
El PSOE ha hablado con el PP el martes volverán a reunirse el ministro de Trabajo y su portavoz de Economía como ya hicieran el jueves y ha calibrado la inclinación al acuerdo de CiU, el PNV y Esquerra Republicana de Catalunya. Ninguno se ha mostrado refractario a priori.
Rajoy asegura estar "dispuesto a acordar" sobre "aspectos concretos"
Según el Ejecutivo, incluso el primer partido de la oposición ha mostrado una "actitud positiva". No significa esto que el acuerdo esté hecho, pero en un momento de máxima polarización política, es un punto de partida con el que el Ejecutivo no ha contado por parte del PP en batallas tan trascendentales como la que libra contra el déficit o en el desdibujado pacto de Zurbano.
El Grupo Socialista reanudará el próximo lunes sus contactos con la oposición en una negociación que se desarrolla "en todas las instancias" y niveles del escalafón, incluido el jefe del Ejecutivo. Rodríguez Zapatero y Rajoy hablan por teléfono con más regularidad de la que admiten, y lo han hecho también en relación con este asunto, según reconocen fuentes gubernamentales.
Implicación de Zapatero"El presidente siempre está implicado en todas las reformas que promueve; mantendrá los contactos que considere oportunos en el marco de esa dirección política", señaló Fernández de la Vega para referirse al papel de Zapatero. "Hay disposición, pero el Gobierno tiene que dejar de dar bandazos y escuchar", resume el equipo económico del PP. Su presidente aseguró hoy que quiere hablar y está "dispuesto a acordar" sobre "aspectos concretos", según matizó para rebajar la sintonía.
"Todo lo que sirva para mejorar la contratación indefinida, tendrá el apoyo del PP", proclamó Rajoy. Pero esta aparente disposición favorable tuvo su contrapunto en las críticas al proceso. "Como suele ser habitual, hay mucha confusión denunció el líder del PP con papeles que se han dado a unos y a otros". "Si quieren, hablaremos, y si quieren seguir con su arrogancia, el PP cumplirá con su función, hacer oposición en la Cámara", amagó Rajoy para no cerrar las puertas a un eventual rechazo a la reforma.
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