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El Gobierno y los agentes sociales firman la "hoja de ruta" para salir de la crisis

EFE

El Gobierno, la patronal y los sindicatos pusieron hoy en marcha una nueva etapa del diálogo social que, para el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, refleja la "confianza" de las partes en que se van a remontar las "serias" dificultades que atraviesa la economía.

Zapatero hizo estas declaraciones tras firmar con las patronales CEOE y CEPYME, y los sindicatos CCOO y UGT la "Declaración para el impulso de la economía, el empleo, la competitividad y el progreso social", que establece la "hoja de ruta" del diálogo social para esta legislatura.

Según la declaración, de diez páginas, la crisis está provocando un "significativo" aumento del paro, mayores dificultades de acceso al crédito y unos tipos de interés más elevados.

Además se está produciendo una "importante desaceleración" del consumo, en un contexto de elevado endeudamiento de las familias y de las empresas, unido a un repunte de la inflación por la mayor dependencia del petróleo y el alto precio de las materias primas.

El presidente opinó que el acuerdo es "beneficioso" para el "bienestar de todos los españoles", por lo que agradeció la "responsabilidad y el sacrificio" de empresarios y sindicatos, en las "circunstancias actuales".

Para Zapatero hay cinco temas prioritarios: el apoyo a las empresas para que encuentren vías de financiación, mantener la protección social ante el desempleo, desarrollar la ley de igualdad, reformar la seguridad social y mejorar la capacidad de crecimiento de la economía a través de la formación profesional y la I+D+i.

Al respecto, la Comisión tripartita de Seguimiento y Evaluación del Diálogo Social se reunirá en la primera semana de septiembre para determinar los temas "más inmediatos a tratar".

El presidente reiteró el compromiso de la Presidencia del Gobierno de "cumplir fielmente" con lo pactado y de "compartir" decisiones, con "responsabilidad y serenidad".

Según la declaración, los objetivos son la modernización de los servicios públicos de empleo para que los parados tengan itinerarios personalizados de búsqueda, la seguridad y la salud en el trabajo, seguir vinculando inmigración y empleo, igualdad entre hombres y mujeres, mayor formación e inversión en capital humano y el sostenimiento y mejora del sistema de protección social.

La declaración parte de un diagnóstico compartido de la crisis, palabra que, de nuevo, Zapatero ha eludido, mientras que no ha faltado en las intervenciones de los secretarios generales de CCOO, José María Fidalgo, y de UGT, Cándido Méndez, y los presidentes de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y CEPYME, Jesús Bárcenas.

Fidalgo valoró el que se vaya a reformar la Seguridad Social y el que el Ejecutivo "gobierne" y haga infraestructuras, invierta en I+D+I y desarrolle el tejido productivo, sin negociación con los agentes sociales, porque "tiene que ver con una política presupuestaria que es competencia del Gobierno".

Para Méndez, el compromiso supone "arrimar el hombro y compartir esfuerzos de manera equilibrada" en una situación de crisis, desde el reconocimiento común que "tiene más valor el talento que el ladrillo, la innovación que el coste laboral barato y que es mejor apostar por productividad que por precariedad".

Díaz Ferrán ofreció la colaboración "leal" de los empresarios para lograr un crecimiento económico "equilibrado, duradero y basado en la competitividad y la creación de empleo", porque no nos podemos permitir el "desencuentro".

Bárcenas advirtió de que la crisis es "grave y compleja" y que está afectando a las cuentas de resultados de las pymes y los autónomos, pero rechazó el "pesimismo" y demandó medidas complementarias para la financiación de las empresas.

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