Este artículo se publicó hace 15 años.
"¿Dónde estaba el gran Barcelona?"
Los blancos se crecen pese a la derrota. El gol fallado por CR9 concentró los únicos lamentos oídos en el vestuario
"Lo hemos tenido ahí. ¿Dónde estaba el gran Barça y tanta diferencia que había? Si llegamos a acertar..." Recién concluido el clásico, los jugadores del Madrid sacan pecho a la vez que lamentan su mala suerte. En el interior del vestuario visitante del Camp Nou, mientras Pellegrini arropa con palabras de ánimo a sus pupilos, los futbolistas se quejan amargamente por las ocasiones falladas. "Se nos han escapado vivos", exclama un jugador con la adrenalina todavía a flor de piel.
En la otra punta de la caseta, Cristiano Ronaldo, alicaído por la derrota, habla en portugués con Kaká. Comenta la gran ocasión que falló durante el primer tiempo. El luso explica al brasileño su inseparable amigo en el Madrid cómo se encuentra de su tobillo y revive con él el disparo que le sacó Valdés, con el pie derecho, en la oportunidad más clara que tuvo el equipo con 0-0. Casillas, el nuevo capitán en funciones del vestuario, también eleva la voz entre los murmullos del grupo: "Estuvimos muy cerca, es injusto...", repite el guardameta tirando de galones. Sus compañeros asienten con la cabeza.
Raúl y Pellegrini, los más tristes y silenciosos en el vuelo de regreso
Un regreso felizPese a perder la batalla del domingo, la expedición blanca regresó a Madrid con la sensación de haber salido moralmente reforzados para la batalla que dirimirá con el Barça de aquí a final de temporada. En la cabeza de todos retumban una y otra vez: "Las ocasiones más claras fueron nuestras". Y, por encima de todas, la de Cristiano.
Los lamentos se fueron por el desagüe de la ducha y aparecieron las caras de felicidad en la mayoría de la expedición madridista. En el trayecto hacia el aeropuerto de El Prat, en la sala de embarque y en el avión se celebró la buena imagen exhibida.
El serio Benzema, suplente el domingo, no dejó de sonreír en el avión
Lejos de llorar la derrota, los blancos aterrizaron en Barajas, pasadas las dos de la madrugada, con semblante distendido, incluso alegre. No todos. Llamó especialmente la atención el contraste entre Raúl y Benzema. Mientras el francés, que se cayó a última hora del once, no paró de sonreír, el 7 estuvo serio y distante durante todo el viaje. Sentados en las primeras filas del chárter, el capitán y Pellegrini parecieron los más afectados por la derrota.
Ya en Madrid, Benzema sufrió un accidente de tráfico cuando se dirigía a su casa. Aunque el golpe fue fuerte, el francés salió ileso.
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