Este artículo se publicó hace 15 años.
Greenpeace prevé un aumento de los grandes incendios en las próximas décadas
El responsable de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, ha apuntado hoy una tendencia al aumento de los grandes incendios forestales en España durante las próximas décadas, a pesar de que haya años en que el número de estos siniestros que queman más de 500 hectáreas sea notablemente bajo, como 2008.
En la presentación del informe "El futuro en llamas. Cambio Climático y evolución de los incendios forestales en España", Soto ha citado estadísticas y proyecciones de aumento de temperaturas y disminución de precipitaciones y la continuación del abandono forestal para prever el incremento de grandes incendios.
Ha indicado que los 25 grandes incendios producidos en los siete primeros meses de 2009 han destruido un 65 por ciento de toda la superficie forestal quemada, que es casi el doble de la media del decenio debida a este tipo de fuegos (34 por ciento).
La media de grandes incendios en el decenio es de 10 y sólo hubo 2 en 2008.
Los grandes incendios de 2009 sólo suponen el 0,24 por ciento de todos los registrados hasta el 2 de agosto, todos se han producido en el verano y han afectado principalmente a la vertiente mediterránea, propiciados por el calor y escasez de precipitaciones en mayo, junio y julio, con temperaturas superiores en dos grados a la media de esos meses.
Ha explicado que estos incendios se caracterizan por ser de "alta intensidad", en condiciones meteorológicas extremas de calor y sequedad, que facilitan su inicio y propagación.
Están favorecidos por la "regla del 30": temperaturas iguales o superiores a 30 grados, vientos de más de 30 kilómetros por hora y humedad relativa inferior al 30 por ciento, lo que produce a su vez efectos como el de chimenea en el interior del fuego, y esto dificulta su control y extinción.
La esperanza de controlarlos y apagarlos depende de que mejoren las condiciones meteorológicas.
Cada vez más afectan a zonas urbanizadas debido a la construcción de viviendas en las cercanías de zonas forestales o dentro de ellas, lo que es conocido como incendios de "cuarta generación".
El aumento progresivo de temperaturas y de días de calor por el cambio climático (1,53 grados en España, por encima de la media mundial de 0,7), el abandono agropecuario del monte y de la gestión forestal, y el despoblamiento, y al mismo tiempo una mayor presencia turística y de ocio, y la pervivencia de una cultura del fuego inciden negativamente, sobre todo en los países mediterráneos.
Soto ha reclamado la reducción de los gases de efecto invernadero, una adaptación de los ecosistemas españoles al cambio climático para conseguir sistemas forestales más estables, introducir especies arbóreas más resistentes y diversas, una gestión forestal adecuada y el control de la biomasa, una planificación urbanística y de evacuación adecuadas y evitar la impunidad de los incendiarios.
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