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"El grito", 12 horas en un velatorio en la España profunda del siglo XXI

EFE

Qué mejor manera para reflexionar sobre la vida que hacerse eco de las múltiples voces y situaciones que se producen en un velatorio de un pueblo pequeño. Eso es lo que ha pensado y ha hecho Antonio Montes en "El grito", la novela con la que ganó el Premio Gijón en septiembre y que acaba de ser publicada.

"Una novela que sorprende por dos cosas; primero, por su tremenda audacia en cuanto a la historia, estructura y personajes, y, en segundo lugar, por lo única que es, no se somete a ningún seguidismo ni se subordina a modas", ha asegurado Marcos Giralt Torrente, miembro del jurado que falló el premio y que hoy ejerció de presentador de la novela que ha publicado Siruela.

Así, Montes (Montejaca, Málaga, 1980) con ésta, su primera novela, se ha convertido "en un gran escritor ya hecho", en opinión de Giralt Torrente, para quien esta obra, "llena de humor, es toda una reflexión acerca de la vida en un momento límite como la muerte".

"La España profunda sigue ahí y alguien debe contarlo", dice una critica recogida en la faja de la cubierta de este libro, que lleva pocos días en la calle y que ya va por la segunda edición.

Y eso es lo que ha contado este economista que trabaja como asesor de empresas en Marbella (Málaga), que empezó escribiendo poesía, y siguió con relatos que guardaba en su cajón hasta que se decidió a mandar este manuscrito a Siruela.

"Cuando me llamó Rosa Regás (presidenta del jurado) flipé porque no me lo creía. Lo mandé porque se podía hacerse por internet y me parecía más ecológico y fácil, pero sin ninguna esperanza", ha comentado hoy el flamante ganador durante la presentación del libro.

La novela transcurre a lo largo de doce horas, y entre dos gritos, el primero que da una hija al encontrarse a su anciana madre muerta, y que llama la atención del pequeño pueblo, y el segundo grito que cierra el libro.

Doce horas en las que se abrirán las puertas de una casa para que entren los vecinos: anécdotas, cotilleos, risas, maledicencia, el color negro, las lágrimas y risas pasan por la casa como una voz colectiva "de una vida llena de contradicciones".

"Yo soy de un pueblo pequeño -ha precisado el autor- en el que todos nos conocemos, y donde los velatorios son exactamente iguales. Todo el mundo va, habla, come y ríe con el muerto encima de la cama, y eso en la ciudad no pasa. Además, en un pueblo así te sientes arropado por todo el mundo. Si sabes manejar tu libertad no pasa nada".

Montes ya tiene acabada otra novela, en este caso ambientada en Madrid y con un grupo de jóvenes como protagonistas, seguro que tras la buena acogida que ha tenido "El grito" ya tendrá editorial este autor, que dice que al escribir sin pensar que le fuera a leer nadie tuvo una libertad total para hacer lo que quisiera con la forma y el contenido.

El premio de Novela Café Gijón fue creado en 1949 por Fernando Fernán Gómez y un grupo de amigos con los que compartía tertulia en el café que da nombre al premio. El jurado que falló esta edición estuvo formado por Rosa Regás, Marcos Giral Torrente, Antonio Colinas, José María Guebenzu y Mercedes Monmany.

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