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Las grutas de la Puerta del Dragón

Las grutas de Longmen o grutas de la Puerta del Dragón, en la provincia de Henan, en China, contienen la colección más importante de arte budista chino. Hay 1.352 cuevas, 785 nichos y más de 100.000 estatuas de Buda, a lo largo

PALOMA CABALLERO

En China hay lugares que ningún viajero deja de visitar, como la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano o la Plaza de Tiananmen de Pekín. Pero en el gigante asiático hay también hermosos lugares históricos que buscan atraer al turismo y a los que acuden cada vez más masivamente los viajeros nacionales desde que son declarados oficialmente como tales, y más si son incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Algunos enclaves lograron guardar su encanto por la naturaleza que los rodea o porque la explotación turística no está aún demasiado comercializada hacia los miles de turistas chinos, como son las cuevas budistas de Longmen, en las laderas del río Yi, afluente del río Amarillo.

Las cuevas están localizadas a 16 kilómetros de Luoyang, en la provincia de Henan (literalmente al sur del río), la más poblada de China con más de 100 millones de habitantes y donde se encontraron asentamientos humanos de hace 3.500 años.

Capital de varias dinastías y centro de espiritualidad, la provincia acogió desde la primera explosión del budismo en China (el Templo del Caballo Blanco en Luoyang es el más antiguo del país) al Islam que llevaron comerciantes y peregrinos que convivieron con la población Han, además del único asentamiento chino de judíos, en Kaifeng.

Desde el año 494 antes de Cristo, cuando la dinastía Wei del norte trasladó la capital al lugar, y hasta 200 años después, más de 100.000 imágenes de Buda y sus discípulos fueron esculpidas en un kilómetro de acantilados a lo largo del río Yi.

Actualmente muchas hornacinas están vacías o decapitadas porque durante los siglos XIX y XX fueron a parar a colecciones occidentales, o sufrieron los ataques de la Revolución Cultural en la década de 1960.

La milenaria costumbre de cavar cuevas en las laderas de las montañas no es extraña en China, y más de 100 millones de chinos las ocupan, preferentemente en laderas de ríos, o las alternan con otras residencias con el cambio de estaciones para evitar el pesado calor del centro del país.

Henan, la provincia más poblada de China, que se anuncia como la cuna del kung fu y que cuenta con el famoso Templo de Shaolin, demasiado restaurado a gusto de muchos verdaderos taoístas, también alberga en los museos de su capital, Zhengzhou, o de la segunda ciudad, Luoyang, objetos que se remontan a la Edad de Piedra y Bronce e incluso tumbas restauradas desde las dinastías Han a la Song.

La gastronomía en toda la zona del río Amarillo y sus afluentes como el He es deliciosa y no faltan restaurantes que ofrecen todo tipo de especialidades, desde el pato laqueado -algunos dicen que mejor que el pequinés porque lo preparan listo para comer- hasta el pepino de mar cocinado en el interior de una papaya.

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