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‘Guantanamito’: una antigua escuela reconvertida en una cárcel sin ley

Nuadibú (Mauritania) alberga un centro de retención inmigrantes desde 2006 que funciona sin un marco jurídico

M. H.

Un árido paisaje lo envuelve. A pesar de la arena desértica, no es un espejismo. Es real. Los que han pasado por él lo saben bien. En 2006, dejó de ser para siempre un templo de transmisión de sabiduría. Las pizarras, las tizas y los pupitres desaparecieron. Sus aulas se llenaron entonces de literas. Hasta las 216 actuales.

El centro para inmigrantes de Nuadibú, en Mauritania, se instaló en el edificio de una vieja escuela. Las autoridades españolas la restauraron hace dos años. Su obra, con tiendas de campaña y un comedor en el patio, se fue desmoronando con su traspaso a manos mauritanas. El armario en el que se almacenaban las tizas es hoy el cuarto de baño. Todas sus literas se hacinan ahora en tres aulas, según comprobó Aministía Internacional (AI) en su visita a principios de 2008. Por ello, esta organización no gubernamental denuncia 'hacinamiento' y 'deplorables condiciones higiénicas'.

Inmigrantes de países vecinos

¿Quiénes las padecen? Potenciales inmigrantes. Las autoridades del país los encierran cuando sospechan de que pretenden entrar irregularmente en España. Cada mes, recibe entre 200 y 300 personas, según un informe de Amnistía Internacional. Así, el año pasado había encerradas allí un total de 3.257 personas. Sobre todo, procedentes de sus países vecinos Senegal (1.381) y Mali (1.229). Posteriormente, fueron expulsados.

Una vez dentro, no hay ley que valga. Ni las reglas aplicables a otras instalaciones similares, denuncia AI. Un ejemplo del desgobierno es que no tiene nombre. 'El centro de recepción para migrantes clandestinos', lo llaman las autoridades de Mauritania. Los migrantes recluidos lo apodan el centro de la Cruz Roja, porque paga la comida y les da la oportunidad de telefonear. Pero otros lugareños y migrantes lo apodan Guantanamito.

Del escándalo de los 18 meses de retención de sin papeles en los centros de internamiento de extranjeros fijados en la directiva de la vergüenza se pasa a esta vieja escuela, con repatraciones masivas de un mínimo de 19 personas, en lugar de analizar caso por caso. El encierro va de dos días a una semana, dependiendo del tiempo que necesite la policía para organizar la expulsión.

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