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La Guardia civil cree que los detenidos sólo planeaban un "ensayo" en el metro de Barcelona

EFE

El guardia civil que instruyó el atestado tras la detención en enero de 2008 de varios supuestos islamistas acusados de planear un atentado en el metro de Barcelona cree que éstos sólo iban a hacer un "ensayo" dada la escasa cantidad de explosivo que se les intervino.

El material incautado no contenía "suficiente carga como para cometer un atentado", ha asegurado hoy este agente en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional a diez paquistaníes y un indio para quienes la Fiscalía pide penas de entre 9 y 18 años de prisión.

Esta hipótesis contradice la versión ofrecida ayer por el testigo protegido identificado en el sumario como F1, que aseguró que la noche del 18 de enero, cuando se produjeron las detenciones, iban a fabricarse las bombas con las que, al día siguiente, se perpetraría un atentado suicida en el metro tras el que la organización Tareq e Taliban Pakistana realizaría "unas demandas".

Este testigo, en cuya declaración basa el fiscal sus acusaciones, se presenta como un miembro de Al Qaeda que llegó a Barcelona para unirse a este grupo y participar en los atentados, pero que "se vino abajo" al saber que sería uno de los suicidas, por lo que llamó a la Policía para delatar al grupo.

La Guardia Civil detuvo en una mezquita la noche del 18 de enero a todas las personas a las que encontró allí -aunque algunos fueran dejados en libertad más tarde-, salvo al ahora considerado testigo protegido.

El agente que instruyó la investigación ha dicho que "no tenían el dato de que (F1) fuera miembro de una organización terrorista", pero que sí sabían que no debían detenerlo, aunque también ha afirmado que no sabían nada de las personas que iban a arrestar y que no conocieron sus nombres hasta más tarde.

Sin embargo, otro agente que ha testificado esta mañana ha dicho que había recibido instrucciones de comenzar el operativo en torno a las 5 de esa tarde, horas antes de que F1 avisara a la Policía, y que aunque no se conocía la fisonomía de las personas que había que detener sí se sabían sus nombres.

El testigo protegido dijo ayer que llegó a España procedente de Francia el 15 de enero de 2008, y que se dirigió a la mezquita de Tariq Ibn Syad, donde preguntó directamente por el imán Maroof Ahmed Mirza -para quien el fiscal pide 18 de prisión al considerarle dirigente de la célula-, ya que tenía órdenes de reunirse con él.

Sin embargo, uno de los testigos que han declarado hoy en la vista, que trabaja como vigilante en esa mezquita, ha contado que, cuando llegó, "el chico francés" dijo que estaba en Barcelona buscando a un amigo y que había ido a la mezquita porque no lo encontraba, y que, después del rezo de la noche, le preguntó si podía dormir allí, cosa que no le permitió hacer.

Los familiares de los acusados mantienen que el testigo protegido era un infiltrado de Francia y que se trata de "un montaje" político en el que "los acusados son víctimas de los Gobiernos paquistaní y español".

En la misma línea, otro de los testigos, un comerciante paquistaní afincado en Tarragona que también fue detenido con procesados y liberado cinco días más tarde, ha asegurado hoy que la Guardia Civil le ofreció posteriormente "200.000 euros para colaborar con ellos buscando pruebas de que estos hombres eran culpables".

"Dije que no porque a un inocente no se le puede castigar, yo ya gano dinero con mi trabajo, paso de eso", ha asegurado el testigo.

Tanto él como otros dos compatriotas suyos detenidos también en con los acusados han negado que durante los rezos de esa noche les propusieran participar en ningún tipo de atentados, ni que se realizara una "oración de suicidio o de martirio", como asegura el testigo protegido.

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