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Guardiola, más grande que ‘El Profeta’

El técnico alza su duodécimo título y supera a Cruyff, su mentor

NOELIA ROMÁN

Siendo Johan Cruyff tan ocurrente como es, no es aventurado pensar que ayer, en su multilingüe idioma, tardó apenas unos segundos en encontrar la mejor definición para glosar los logros de Pep Guardiola, su alumno más aventajado. Nadie cuestiona ya el calificativo, pues, en Mónaco, y al menos numéricamente, el discípulo superó al maestro. Con la conquista de su segunda Supercopa, ante el Oporto, el técnico catalán sumó el duodécimo título desde que se puso al frente del Barcelona, hace apenas cuatro años, y se convirtió en el entrenador más laureado de la historia del club. Cruyff, su mentor, concluyó sus ocho temporadas como técnico azulgrana (de 1988 a 1996) con 11 trofeos.

En menos de la mitad de tiempo que El Profeta, Guardiola ha logrado diseñar el equipo más exitoso de la historia azulgrana: 12 títulos de 15 posibles. Las cifras certifican lo extraordinario de lo conseguido por el de Santpedor en una institución que durante años supo mucho más de sequía que de abundancia y que, hoy en día, y gracias en buena parte a la fabulosa aportación del técnico catalán, presume de ser el club con más títulos europeos. 15 acumula ya la entidad azulgrana, uno más que el Milan, hasta ayer el líder de esta clasificación.

A las órdenes de Guardiola, el Barça ha conquistado cuatro de esos 15 títulos europeos: dos Ligas de Campeones y dos Supercopas (2009 y 2011). El Mundial de Clubes cuenta como trofeo internacional. El resto: tres Ligas, una Copa del Rey y tres Supercopas de España. En la víspera de la Supercopa, Guardiola había dicho que siempre ha tenido “plantillas escandalosas”. Y su afirmación parece incuestionable. Pero no lo es menos que el técnico tiene un elevadísimo porcentaje en el mérito de los triunfos.

Su obsesión por el trabajo le lleva a horizontes insospechados. Ayer, sobre el césped del Louis II, cuando todo su equipo celebraba ya el triunfo y él felicitaba uno a uno a sus jugadores, Guardiola no pudo evitar recriminar enérgicamente a Valdés una jugada antes de acariciarle la calva y abrazarlo. Instantes después, cuando los jugadores ya habían recogido su medalla y Xavi había alzado la cuarta Supercopa de la historia del club, el técnico solicitó a la hinchada azulgrana que no se acordara del Madrid. “¡Bote, bote, bote, madridista el que no bote!”, cantaba la parroquia cuando Guardiola movió su dedo negando.

A su alrededor, los jugadores, insaciables en su deseo de conquista, celebraban su enésima fiesta. “Estoy muy contento, sobre todo por el equipo. Está haciendo historia al ganar casi todo lo que está en juego y queremos seguir haciéndola. No perdemos el hambre”, señaló Xavi que, con el de ayer, conquistó su decimoctavo trofeo con el Barça y se convirtió en el azulgrana con más títulos de la historia al superar a Amor (17)

Messi, asistente en el espectacular gol de Cesc, había dejado otro dato para la estadística: golear en la única competición en la que no lo había logrado aún. Y Cesc, dos partidos oficiales, dos títulos conquistados en 10 días.

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