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Guillermo Arriaga dice que algunas historias ha querido contarlas "desde niño"

EFE

Por la cabeza del escritor y realizador mexicano Guillermo Arriaga siempre ronda alguna historia, la mayoría de ellas desde hace muchos años, que va madurando "muy lentamente" antes de convertirse en una película, un cortometraje o una novela.

"Son historias que, incluso algunas, he querido contarlas desde niño, que yo sabía que merecían ser contadas", relató Arriaga a Efe en Madrid, donde se encuentra para participar por primera vez en el Festival VivAmérica.

"Se queda ahí y va madurando muy lentamente, hasta que se te pone en la garganta y, si no la sacas, te envenenas", añadió.

Historias como "Amores perros", para la que se inspiró en lo que le ocurrió a su propio perro cuando tenía 8 ó 9 años; "21 gramos", que nació a raíz de una infección en el corazón que sufrió Arriaga con 24, o "Lejos de la tierra quemada", que se basa en un incendio presenciado por el realizador cuando era un niño.

"Siempre tienen que ver con mi vida", indicó el escritor, que acaba de estrenarse en la dirección con esa última película, una experiencia que, confesó, le ha encantado, "como para repetir".

Lo que "más emociona", explicó, "es el proceso de colaboración", porque "escribir es un acto muy solitario" en el que muchas veces llegas a pensar que "vas a volverte loco".

En cine se plantea seguir creando para otros realizadores, pero también dirigir sus propias historias y, aunque su labor no cambia, ya que asegura escribir siempre "con la misma pasión", en el segundo caso se lleva "mejor con el director", bromeó Arriaga, cuyo tándem con el también mexicano Alejandro González Iñárritu se rompió tras los éxitos de "Amores perros", "21 gramos" y "Babel".

"Ahorita es con Arriaga con el director que más me interesa trabajar", aseguró.

Pero antes de embarcarse en una nueva película, sus planes pasan por un cortometraje sobre la revolución mexicana, que estará vinculado a las conmemoraciones del bicentenario de las Independencias latinoamericanas, y por escribir una novela.

Receloso a dar detalles sobre sus nuevos proyectos -"la gente empieza a opinar y te empieza a confundir"-, Arriaga aseguró tener muchas ganas de tomarse un tiempo para escribir novelas, con más calma, "tras la locura de estos últimos años".

"En un año puedo haber ido y venido a Europa como diez veces, una a Japón, una a África, una a Cuba, dos a Colombia, a Brasil, a Argentina, como doce a Estados Unidos y doce a Canadá, más los viajes en el interior de México", destacó, al tiempo que ironizó sobre que es "un juntador de millas profesional".

Arriaga se marca el 30 de noviembre próximo como "límite" para "parar y empezar a escribir".

Del cortometraje sobre la revolución mexicana, un tema que ya abordó en su novela "Escuadrón guillotina" (1991), sólo desveló que "es una historia realmente muy cruel, muy humana, muy dura y muy triste". Y de la novela, que "tiene que ver con la calle" donde creció.

Arriaga, que ha escrito dos películas, una sobre los celos y otra sobre cacería, desde que terminó de dirigir "The burning plain" ("Lejos de la tierra quemada"), aún no se ha puesto con el guión de "El sol de los venados", tercera parte de la trilogía sobre la frontera iniciada por "Los tres entierros de Melquíades Estrada" y que dirigirá él mismo.

Con ese volumen de historias, no es extraño que el realizador confiese trabajar muchas horas, "hasta los domingos", y ser "muy disciplinado".

"Me pongo a escribir como de 10 de la noche a 5 de la mañana, siempre por la noche, desde niño", explicó e insistió en que se siente "un privilegiado" que se dedica a lo que le gusta.

"Difícil sería tener un trabajo que odiara, de 9 a 5, que me tuviera que vestir de corbata y traje. Eso sí sería difícil".

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