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Gutiérrez Aragón anuncia que está "considerando" su retirada de la dirección

EFE

El cineasta Manuel Gutiérrez Aragón ha anunciado hoy en Santander que está "considerando" retirarse de la dirección cinematográfica, porque cree que "más vale poner uno punto y final a que te lo pongan otros", aunque ha reconocido que le quedan "muchas cosas por contar".

El director cántabro se ha expresado así en rueda de prensa para presentar su intervención en el ciclo "Cine español entre dos siglos" de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que hoy se proyectará su película "Visionarios", realizada en 2001.

"Mi vida cinematográfica debe llegar a su fin", ha aseverado el cineasta, que ha considerado "espantoso" el hecho de que "de pronto" no pueda hacer películas o tenga que hacer una película que no le gusta.

Gutiérrez Aragón se ha declarado "agradecido" al séptimo arte, del que ha dicho que le ha dado "mucho", y ha destacado que, aunque "hasta ahora" ha hecho "las películas que quería" y "en las semanas que quería", podría enfrentarse a "otra clase de películas" que no está "dispuesto a hacer".

Según el cineasta, "gran parte de la narrativa fílmica" se ha trasladado a las series de televisión, sobre todo a las norteamericanas, que -a su juicio- "tienen la libertad y el interés que tenían antes las películas" y "están dirigidas a un público interesado, más culto y más adulto".

"Tener que hacer películas para todo el mundo, para todos los países, para todas las religiones y sensibilidades cada vez neutraliza más el cine", ha afirmado el cántabro, que ha señalado que "el modelo de cine está cambiando, pero el cine nunca va a desaparecer".

El director ha subrayado que se siente "más cómodo" en la ficción, de la que ha valorado su "visión transversal", y ha considerado que "todas las películas contienen dentro un documental sobre sí mismas".

Gutiérrez Aragón se ha referido a "Visionarios" como "una de sus mejores películas", pero ha manifestado que se sintió "desilusionado" por su acogida, ya que "no hubo mucho debate" ante una cinta que -a su juicio- "hablaba de muchas más cosas de las que parecía".

Según el cineasta, el filme aborda el fanatismo y la represión, lo que la emparenta con su última obra cinematográfica, "Todos estamos invitados" (2008), a la que se ha referido como una película de encargo en el sentido de que no fue una propuesta suya, sino que "vino de un productor".

"Es muy difícil hacer películas sobre cosas que están pasando", ha apuntado Gutiérrez Aragón, quien ha señalado que la complejidad de abordar el terrorismo de ETA radica en que "un muerto, un atentado o un etarra que meten en la cárcel hacen cambiar los sentimientos de la gente de un día para otro".

Además, ha señalado "los comentarios y ríos de tinta" a los que ha dado lugar el filme, sobre el que ha dicho que se lo planteó "fuera de la inmediatez, fuera de lo que estaba pasando", para añadir: "Si pudiera, haría la misma película".

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