Este artículo se publicó hace 14 años.
Haitianos desesperados esperan ayuda 3 días después del desastre
Miles de haitianos heridos o sin hogar durmieron en las calles por tercera noche consecutiva y pedían ayuda el viernes, mientras el mundo aceleraba el envío de asistencia para evitar que los sobrevivientes pasen de la desesperación a la ira.
Decenas de miles de personas habrían muerto en el mortal terremoto del martes.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estimó que la cantidad de víctimas fatales podría ser de 50.000 a 100.000, superando cálculos anteriores de la Cruz Roja en Haití que había indicado hasta 50.000 muertos.
"Varias fuentes están estimando las cifras entre 50.000 y 100.000", dijo Jon Andrus de la OPA, la rama americana de la Organización Mundial de la Salud.
"Es solamente una gran suposición. Quiero dejar claro que realmente no sabemos (...) No tenemos la información", destacó Andrus.
Ciudadanos de la devastada capital costera Puerto Príncipe pasaron una tercera noche consecutiva durmiendo en las calles, entre escombros y cuerpos en descomposición, mientras las réplicas remecían los ya destruidos vecindarios.
Gobiernos de todas partes del mundo están enviando suministros de ayuda y equipos médicos tras el terremoto del martes en la nación caribeña, la más pobre del hemisferio occidental.
Sin embargo, los enormes obstáculos logísticos y la magnitud de la destrucción impiden que la ayuda llegue a cientos de miles de víctimas.
"Hemos perdido todo. Estamos esperando la muerte. No tenemos nada que comer, ningún lugar donde vivir. No hemos tenido ayuda. Nadie ha venido a vernos", comentó Andres Rosario, desde un improvisado asentamiento levantado por sobrevivientes en un vertedero de basura en Puerto Príncipe.
Supervivientes andrajosos elevaban sus brazos a reporteros extranjeros en las calles, rogando por agua y comida.
En medio de temores de que el malestar local y la frustración por el retraso de la asistencia pueda transformarse en violencia, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, dijo el viernes que salvo algunos robos de comida y agua y algunos saqueos menores la situación de seguridad en Haití sigue siendo "bastante buena".
"La clave es llevar el agua y la comida al área tan pronto como sea posible para que las personas no se vuelquen a la violencia en su desesperación y lleven a un deterioro de la situación de seguridad", dijo a periodistas en Washington.
Estados Unidos está dirigiendo un masivo esfuerzo internacional de asistencia.
En una señal de que los esfuerzos internacionales podrían superar las diferencias ideológicas, el Gobierno comunista de Cuba permitió que el Ejército estadounidense use su restringido espacio aéreo para vuelos que transporten a víctimas haitianas.
La decisión reducirá en 90 minutos el tiempo de vuelo hacia Miami, en viajes que normalmente se realizan rodeando a Cuba, según funcionarios estadounidenses.
"POR LA GRACIA DE DIOS"
A pesar de que algunos efectivos de las fuerzas de paz de Brasil estaban patrullando las calles, se han reportado algunos saqueos.
En un supermercado destruido, decenas de personas registraban los escombros para intentar alcanzar la comida que quedó enterrada tras el temblor. Justo afuera del barrio bajo de Cite Soleil, personas desesperadas rodeaban una tubería de agua rota, empujándose para beber o llenar baldes.
Algunos haitianos desesperados bloquearon el jueves las calles con cadáveres en una parte de Puerto Príncipe para pedir que la ayuda llegue más rápido, dijeron testigos.
Trabajadores de asistencia comentaron que estaba llegando algo de ayuda a las personas, pero de forma caótica, y dijeron que se necesita más coordinación de forma urgente.
"Alguna ayuda está llegando, pero no a muchas personas", dijo Margaret Aguirre, alta funcionaria del Cuerpo Médico Internacional.
Estados Unidos dijo que la llegada el viernes de su portaaviones nuclear USS Carl Vinson con 19 helicópteros el viernes, podría abrir un segundo canal significativo para entregar asistencia.
P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, comentó que la distribución de asistencia debería mejorar. Sin embargo, el aeropuerto de Puerto Príncipe tiene una capacidad limitada y el puerto aún está inutilizable.
A pesar de que en el aeropuerto, actualmente bajo el control del Ejército estadounidense, aviones grandes y chicos estaban llegando cada 20 minutos, en las calles la mayoría de los haitianos asegura que no ha recibido nada.
"No he comido nada desde anteayer, perdimos nuestra casa, no tenemos nada que comer, nadie ha venido, no hemos visto a nadie, ni siquiera a un ministro o senador", dijo Bertilie Francis, de 43 años, quien estaba junto a sus tres hijos.
"Estamos aquí por la gracia de Dios, de nadie más", sostuvo.
Expertos de salud comentaron que a pesar de que los cuerpos en descomposición huelen mal, si las personas murieron por accidentes traumáticos y no por enfermedades contagiosas como el cólera, existen pocos riesgos de salud, incluso en el caso de grandes cifras de cadáveres.
Estaciones de radio locales estaban indicando a las personas que pongan los cuerpos de sus muertos en la calle para que puedan ser recogidos por camiones y llevados a una tumba masiva.
En un área estéril en las colinas de las afueras de la ciudad, un reportero de Reuters encontró fosas comunes masivas recientemente cavadas para las víctimas. Dos de ellas ya estaban cubiertas, seis tenían cuerpos apilados adentro y otras siete estaban vacías.
El presidente Rene Preval ha dicho que al menos 7.000 víctimas del sismo han sido enterradas.
Una fuerte réplica volvió a sacudir a los edificios a las 05.00 hora local (1000 GMT) del viernes, generando alarma.
Servicios de rescate advirtieron que la cifra de muertos subirá rápidamente si decenas de miles de haitianos heridos, muchos con huesos rotos y graves pérdidas de sangre, no reciben primeros auxilios en las próximas 24 horas.
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