Este artículo se publicó hace 14 años.
Un hallazgo genético podría ayudar a tratar el cáncer de mama
Una anomalía hallada en dos genes puede restar efectividad a una clase común de fármacos de quimioterapia para tratar el cáncer de mama, según indicó un equipo de investigadores estadounidenses en un descubrimiento que podría ayudar a los médicos a mejorar los tratamientos.
Los expertos señalaron que los cambios detectados en una pequeña región del cromosoma 8q hicieron que los tumores resistieran los efectos de un fármaco llamado antraciclina, pero no a otros tipos de medicinas aplicadas en la quimioterapia.
"Esto es útil porque ayuda a seleccionar quién podría ser resistente a la antraciclina", dijo la doctora Andrea Richardson, del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en Boston, cuyo estudio apareció en la revista médica Nature Medicine.
Richardson explicó en una entrevista telefónica que el descubrimiento puede ayudar a personalizar las terapias en función del tumor que sufre cada paciente.
"Por eso es emocionante", señaló.
Actualmente los médicos analizan varios genes para detectar si el cáncer de mama de una mujer es sensible a los estrógenos, lo que la convierte en candidata para tomar fármacos bloqueadores de hormonas como el tamoxifeno.
Las pacientes cuyos tumores generan una proteína llamada HER-2, que puede favorecer el crecimiento del cáncer, a menudo son tratadas con Herceptin, o trastuzumab, un medicamento desarrollado por Genentech, ahora propiedad del grupo Roche.
El mes pasado, un estudio presentado en Estados Unidos reveló que una prueba genética llamada Oncotype DX, realizada por Genomic Health, ayudó a identificar a las mujeres sin probabilidades de beneficiarse de la quimioterapia.
FÁRMACOS MAS EFECTIVOS
Sin embargo, Richardson afirmó que no existen pruebas para ayudar a los médicos a decidir cuál es el mejor fármaco quimioterapéutico para usar después de la cirugía.
"Con el cáncer de mama, la mayoría de las pacientes recibe dos o tres tipos de quimioterapia y todas son sometidas básicamente a lo mismo", sostuvo.
"Esos fármacos tienen sus propias toxicidades. Sería muy bueno evitar dar algo que va a ser tóxico y poco efectivo", explicó la investigadora.
Para el estudio, Richardson, su colega Zhigang Charles Wang y otros analizaron el ADN de muestras de tumores mamarios extraídas de 85 pacientes antes de ser sometidas a quimioterapia.
En los tumores que resultaron ser resistentes al fármaco, el equipo encontró una región en el cromosoma 8 que tenía varias copias extra o ampliadas de extensiones de ADN.
Cuando dos genes en esta región, llamados LAPTM4B y YWHAZ, tenían demasiada actividad, los tumores resistían a la antraciclina.
Las pruebas celulares realizadas en laboratorio confirmaron el resultado.
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