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"Hay que hacer ver a los menores que cuando están borrachos son un peligro público"

El filósofo José Antonio Marina es miembro del Comité Científico de la Fundación Alcohol y Sociedad, que en los últimos 15 años ha impartido cursos a dos millones de alumnos sobre el consumo excesivo de alcohol.

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MADRID.- El consumo abusivo de alcohol, aunque sólo sea un día, altera la responsabilidad de quien bebe y eso puede poner en peligro a otras personas. Este es el argumento que, según el filósofo José Antonio Marina, deben interiorizar los menores para abandonar el consumo de alcohol. Director de la Universidad de Padres, Marina también forma parte del Comité Científico de la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS), que acaba de alcanzar los dos millones de alumnos formados con su programa Adolescencia y Alcohol.

El objetivo de este proyecto pedagógico, que se lleva desarrollando desde el año 2000 en centros educativos públicos, privados y concertados de toda España, busca concienciar a los jóvenes de entre 12 y 18 años sobre el consumo de bebidas alcohólicas. El objetivo principal de la iniciativa es retrasar la edad de inicio del consumo, que ahora está en los 14 años, explicó este lunes el director de la fundación, Bosco Torremocha.

El deporte y las actividades extraescolares, los mejores antídotos para el consumo abusivo de alcohol

Para lograrlo, la clave es prevenir. Y el mejor lugar para hacerlo, según los expertos, es la escuela. "Las tareas de concienciación deben realizarse en las zonas de confort y para los menores, una de ellas es, precisamente, la educación", argumentó el presidente del Comité Científico de la fundación, el doctor Arturo Fernández Cruz.

Después de 15 años trabajando esa concienciación en más de 2.600 colegios, la FAS (financiada por la Federación Española de Bebidas Espirituosas) ha logrado que el 74% de los dos millones de menores de 12 a 18 años que han participado en su programa pedagógico sean "más prudentes" a la hora de consumir bebidas alcohólicas, y que hasta uno de cada cinco (18%-22%) decida dejar de beber o lo haga en menores cantidades.

Son las conclusiones provisionales de unos talleres impartidos por más de 60 profesionales que enseñan que el consumo abusivo de alcohol no sólo afecta al que bebe. "Como en la adolescencia no hay conciencia del propio riesgo, debemos decirles a los jóvenes que cuando beben demasiado, pierden la responsabilidad y se convierten en un peligro público. Si no les hablamos de forma dramática, la formación no sirve para nada", insistió el filósofo, quien criticó duramente la "tolerancia estúpida" de la sociedad española al consumo excesivo de alcohol.

Por otra parte, la FAS también aboga por enseñar a beber sin criminalizar el alcohol pero recuperando "maneras relacionales" de beber que lleven a los menores a dejar de pensar: "Si no me emborracho, no me interesa".

Marina ha señalado que uno de los caminos para lograr este reto es proponer a los menores formas de ocio alternativas para que no asocien el alcohol a su única fuente diversión. El deporte y las actividades extraescolares son buenos antídotos para el consumo de alcohol, según los expertos.

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