Este artículo se publicó hace 14 años.
Hijos adultos se sienten dolidos cuando madre elige un favorito
Por Lauren Keiper
Cuando los hijos pequeños reclaman laatención de su madre, lo normal es que siembren rivalidad entrehermanos y tengan conductas caprichosas.
Pero cuando llegan a los 20 años, el interrogante acerca desi son los favoritos de su madre tiene repercusiones que puedenllevarlos a visitar al terapeuta, de acuerdo a un estudio de laCornell University, en Ithaca, Nueva York.
La investigación, que analizó 275 relaciones entre madres ehijos adultos en el área de Boston, exploró la asociación entreel favoritismo de los padres y las señales de depresión.
"Cuando los padres hacen diferencia entre sus hijos, seobservan importantes efectos en el bienestar psicológico,incluso si ya son adultos", dijo Karl Pillemer, profesor dedesarrollo humano de Cornell.
Las ramificaciones de la conducta por el favoritismo entrelos niños pequeños fue un tema muy estudiado, pero Pillemerdijo que investigar el vínculo en las etapas más tardías de lavida familiar es algo relativamente nuevo.
Más de dos tercios de las madres entrevistadas mostraronfavoritismo hacia uno de sus hijos adultos cuando lespreguntaron si tenían una relación emocional más fuerte o másconflictos con uno de ellos en particular.
Y un abrumador 90 por ciento de los hijos adultos opinó quesus madres tenían una preferencia en cuanto cuál de sus hijosla cuidaría cuando fuera anciana.
Las respuestas también derribaron la noción de que ladepresión estaba asociada sólo con los hijos no favoritos.Pillemer y la coautora Jill Suitor, de la Purdue University,hallaron que los "elegidos" también tenían problemas.
Los hijos favoritos a menudo luchan con sentimientos deculpa y se sienten obligados a cuidar a sus padres en elfuturo, dijeron los investigadores.
Los hermanos que percibían un favoritismo de sus padrestambién generalmente reportaron una peor relación entre ellos,agregó Pillemer.
Revelar que muchos padres tienen preferencias entre sushijos es un primer paso para lidiar con algunos de lossentimientos negativos asociados con el favoritismo, sostuvo.
Pero aceptar que es normal que exista algún nivel depreferencia entre los hijos puede ser difícil para muchasfamilias.
"No significa que los padres no amen a todos sus hijos",dijo Pillemer. "Sino que todos los hijos son distintos y lospadres se relacionan con ellos de forma diferente", concluyó.
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