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Un hostelero cumple con su tradición de ofrecer la cena de Nochevieja a los necesitados

EFE

El empresario onubense Patrocinio Mora abrió anoche su restaurante gratis para un centenar de personas sin hogar, inmigrantes en su mayoría, a los que obsequió con una cena de Nochevieja, tras repartir comida en los asentamientos chabolistas de inmigrantes la pasada Nochebuena.

Pasadas las 19:00 horas llegaron los autobuses en los que viajaban los inmigrantes a la Avenida de Huelva de La Antilla, en la costa onubense, donde Mora regenta desde hace varios años un restaurante que cada Nochevieja abre gratis para los desfavorecidos, con un menú compuesto siempre por alimentos en los que se suprime cualquier derivado del cerdo.

Este año, se ha servido un primer plato de arroz con bogavante, un segundo de atún en salsa de perdiz y un postre de natillas, elaborado durante la semana, también de forma altruista, por el equipo que Mora tiene en el restaurante durante todo el año.

La iniciativa se abre a los inmigrantes principalmente, aunque también tiene cabida "cualquier persona que tenga necesidad", para lo que Cáritas se ha encargado de repartir las invitaciones entre las personas que se encuentran sin recursos en el municipio.

Destacan en esa lista las más de 600 que viven en los 21 asentamientos chabolistas que se reparten por los alrededores de la localidad, poblados sobre todo por inmigrantes africanos que llegan a Lepe en busca de trabajo, y que en algunos casos llevan más de dos años en esta situación.

Patrocinio Mora explicó algunos de los motivos que le llevan a secundar esta actividad: "vemos cada día las necesidades de estas personas y es evidente como sufren, y lo que no podemos es mirar a otro lado, porque creo que hay veces que tenemos que pensar un poco más en los demás y un poco menos en nosotros".

"Cuanto te estas tomando una cerveza o estás comiendo y te acuerdas de lo que tienes al lado, hay algo que no encaja", afirma el empresario, que entiende que lo que empezó como una idea que no trascendía a la opinión pública, "se nos ha hecho una obligación con el paso de los años, y cada vez requiere más tiempo, porque es más gente la que viene, pero el compromiso hay que cumplirlo mientras se pueda".

Igual que en Nochebuena contó con la ayuda de un distribuidor de bebidas, que le dio 100 de los 300 litros de leche que repartió entre los necesitados, en esta ocasión la factoría USISA le ha proporcionado el atún para la cena a un precio simbólico.

La pasada Nochebuena recorrió los campamentos para entregar una bolsa de comida a las personas que viven asentadas en los mismos al aire libre todo el año, "lo que pienso seguir haciendo mientras viva y tenga fuerzas para ello", ha enfatizado.

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