Este artículo se publicó hace 15 años.
Human Rights Watch acusa a Israel de crímenes de Guerra
Utilizó bombas de fósforo blanco contra la población de Gaza. La ONU coincide en que la población civil fue objetivo
La organización internacional de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que Israel cometió "crímenes de guerra" al utilizar bombas de fósforo blanco contra la población de Gaza en su última ofensiva.
HRW ha presentado en Jerusalén el informe 'Lluvia de fuego: el uso ilegal de fósforo blanco en Gaza por parte de Israel', en el que aporta testimonios sobre el uso de este arma durante la ofensiva militar contra Gaza, que tuvo lugar entre el 27 de diciembre y el 18 de enero pasados.
"El uso del fósforo blanco no está prohibido per se, pero existen normas básicas internacionales que exigen tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles, algo que no se hizo con estas armas en Gaza", ha dicho Bill Van Esveld, abogado de HRW y uno de los autores del informe.
Según él, "dañar deliberadamente o por imprudencia a civiles de forma innecesaria constituye un crimen de guerra, no sólo porque así lo determina el primer protocolo adicional de la Convención de Ginebra, sino también porque esta norma forma parte de la costumbre internacional que es fuente de derecho".
Las denuncias de HRW coinciden con los informes de Naciones Unidas que concluyen que Israel violó una serie de derechos humanos durante su invasión de la Franja de Gaza, incluyendo ataques contra civiles y el uso de niños como escudos humanos.
"Objetivos civiles, especialmente casas y ocupantes, parecen haber recibido la mayor parte de los ataques, pero las escuelas e instalaciones médicas también fueron alcanzadas", indicó un informe de Radhika Coomaraswamy, representante especial de la ONU para Niños y Conflictos Armados.
Imagen de fósforo blanco tomada el 24 de enero en una escuela primaria del norte de Gaza. AFPRestos de fósforo blanco "Dañar deliberadamente o a civiles de forma innecesaria constituye un crimen de guerra"
HRW ha recogido más de una veintena de restos de bombas de fósforo blanco de 155 milímetros -todas ellas producidas en EEUU- en calles residenciales, tejados de viviendas, una escuela de la ONU, un hospital, un mercado y otras instalaciones civiles.
Según esta organización, Israel no se limitó a utilizar el fósforo blanco en zonas abiertas para crear cortinas de humo para sus tropas en el terreno, como permite el derecho de la guerra, sino que lo empleó repetidamente en áreas densamente pobladas, provocando sufrimiento y muertes innecesarias entre la población civil.
En contacto con la piel esta sustancia provoca profundas quemaduras y puede causar daños irreparables al hígado, los riñones y el corazón que lleven a la muerte.
"Doce personas murieron a causa del fósforo blanco y varias decenas resultaron heridas, aunque no tenemos la cifra completa", dice Van Esveld, que recuerda que "muchas más personas han muerto con el uso de otras armas convencionales".
Entre los incidentes más graves recogidos por HRW está el bombardeo de una escuela de la ONU en Beit Lahiya donde se refugiaban 1.600 palestinos y de la sede de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en Gaza capital, en la que se cobijaban otros 700 y donde se destruyó un almacén con ayuda humanitaria.
"En un primer momento, el Ejército israelí negó haber utilizado fósforo blanco, luego admitió que lo había utilizado localmente y más tarde admitieron que lo habían usado de forma generalizada", indica, Van Esveld. Un portavoz del Ejército israelí declinó hacer comentarios sobre el informe.
En su documento, HRW insta a Israel a abrir una investigación y perseguir a quienes ordenaron ataques contrarios a la legislación internacional, al tiempo que llama a EEUU a investigar el uso que se le ha dado a sus armas en la Franja de Gaza.
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