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Cómo el humano desarrolló cerebro más grande y pene sin espinas

Reuters

Por Julie Steenhuysen

Fragmentos perdidos de ADNresponsables de activar y desactiva los genes explicaríanalgunas de las diferencias clave entre los chimpancés y losseres humanos, incluido por qué las personas tienen un cerebromás grande y el pene humano no está cubierto con espinas.

Un estudio, publicado en la revista Nature, refuerza laidea de que los genes que controlan la actividad de otros genestienen un papel clave en la evolución del ser humano respectode otros mamíferos.

El equipo de David Kingsley, del Instituto de Medicina delInstituto Médico Howard Hughes y de la Escuela de Medicina dela Stanford University en California, Estados Unidos, comparóel código genético humano con el de los chimpancés y otrosmamíferos.

Los expertos hallaron 510 segmentos genéticos en chimpancésy otros mamíferos que están ausentes en el ser humano. Casitodos son genes reguladores.

Luego, el equipo realizó un análisis computarizado paraidentificar los fragmentos borrados de ADN que estabanconcentrados alrededor de ciertos genes.

"Observamos más cambios que lo que podríamos esperar cercade los genes responsables de la señalización de las hormonasesteroides", declaró Kingsley.

También existen varios fragmentos desaparecidos cerca delos genes responsables del desarrollo cerebral.

El equipo halló también una docena de genes que se creíaque participaban en la evolución de ciertas característicashumanas.

Uno de los fragmentos de ADN borrados del genoma humano erael encargado de producir vibrisas sensoriales, como las quetienen los ratones, y espinas, como la que poseen muchosmamíferos en el pene.

"A la gente siempre le sorprende oír hablar de que muchosorganismos tienen el pene cubierto de espinas", dijo Kingsleypor vía telefónica. Explicó que las espinas penianas, o barbas,son características de las especies que se aparean rápido, comolos chimpancés, que deben competir para fertilizar a una o doshembras receptivas.

Esas espinas de queratina crecen sobre las vibrisassensoriales o receptores, y algunos experimentos sugieren quecuando se las extrae, la cópula duraría más tiempo.

En los seres humanos, la pérdida de esas espinas habríaprolongado el coito y ayudado a que las relaciones monogámicasse volvieran la opción más atractiva, según concluye elequipo.

Pero lo más interesante, para Kingsley, es que otrofragmento de ADN perdido está cerca de un gen que controla elcrecimiento de las células cerebrales. La falta de ese ADNhabría permitido el desarrollo de un cerebro más grande en losseres humanos.

Ambas características estarían relacionadas con lasatisfacción de necesidades reproductivas de los seres humanos:tener bebés con cerebros más grandes y que los padres convivanen pareja por lo menos lo suficiente como para cuidar a su bebéde cabeza grande.

"La monogamia es buena si se quiere criar a bebésrelativamente indefensos", dijo Kingsley.

Pero más que explicar diferencias físicas en la evoluciónhumana, el equipo aspira a descubrir diferencias fisiológicasimportantes, como por qué los seres humanos son susceptibles aenfermedades como la artritis, el cáncer, la malaria, el VIH,el Alzheimer y el Parkinson.

FUENTE: Nature, 2011

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