Iberdrola cerró ayer en unas horas la ampliación de capital anunciada por sorpresa el pasado martes. La eléctrica captó 1.325 millones, algo más de los 1.250 millones anunciados, procedentes de 200 inversores institucionales y a un precio efectivo de 5,3 euros por título, un 7,2% por debajo del cierre bursátil del lunes. El precio de colocación asciende a 5,48 euros si se cuenta el dividendo del próximo 1 de julio, al que las nuevas acciones no tienen derecho y las antiguas sí.

ACS, primer accionista de Iberdrola y enfrentado a sus gestores, no acudió a la operación, según fuentes del mercado, aunque ni la constructora ni la eléctrica aclararon si estaba invitada a acudir. Con la ampliación, la participación de la empresa que preside Florentino Pérez pasado del 12,6% al 12% del capital. Para volver a su anterior posición, ACS tendría que desembolsar 166 millones, a los precios de ayer.

Según Iberdrola, la ampliación demuestra su 'capacidad y agilidad' para captar recursos en el mercado en circunstancias adversas, fortalecer su balance y mantener su rating en A, uno de sus objetivos prioritarios. Los analistas creen que la operación da a la empresa más tiempo para acometer las desinversiones previstas (ha captado 850 millones de los 2.500 millones que pretende ingresar este año), un plan sobre el que habrá novedades 'en unas semanas', según dijo a los analistas el director de desarrollo de Iberdrola, Pedro Azagra.

El ejecutivo confió en que la primera subasta del déficit de tarifa (desfase entre ingresos y costes de las eléctricas que se les reconoce por ley) tras el pacto alcanzado con el Gobierno (que le dará aval del Estado) se haga el próximo octubre. A Iberdrola le tocarán 2.400 millones.

En un día de fuertes caídas en bolsa, la cotización de la eléctrica se desplomó ayer un 6%, algo lógico teniendo en cuenta el importe de la ampliación (4,9% del capital).