Este artículo se publicó hace 16 años.
"Ike" llega a Cuba con copiosas lluvias y fuertes vientos
Aguaceros torrenciales y fuertes vientos acompañaron la llegada del huracán "Ike" a tierra cubana por Punta Lucrecia, en la provincia oriental de Holguín, donde cientos de miles de personas fueron evacuadas y las autoridades han adoptado medidas en previsión de los daños
"Ike", el octavo huracán de la actual temporada de ciclones en el Atlántico Norte, llegó a Cuba como un poderoso huracán de categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson (de cinco), arrastrando vientos sostenidos de 205 kilómetros por hora, una semana después de que "Gustav" sembrara la destrucción en la región occidental de la isla.
El eje del huracán "Ike" tocó tierra a las 21.45 del domingo (01.40 GMT del lunes) en Punta Lucrecia, en la costa nororiental de Cuba, según informó el Centro Nacional de Huracanes de Florida (EE.UU).
En la ciudad de Holguín, fuertes ráfagas de viento han roto ya árboles y han derribado cables del tendido eléctrico, mientras las calles, completamente desiertas, eran inundadas por una intensa lluvia.
Los holguineros habían sentido en la localidad minera de Moa, los primeros efectos de "Ike", que provocó penetraciones del mar unos 300 metros tierra adentro, y en Sagua de Tánamo, otro de sus municipios, presentó lluvias intensas y rachas de vientos de hasta 155 kilómetros por hora, según reportes locales.
Desde temprano, muchos cubanos restaron horas al descanso dominical para prepararse de cara al asalto de un nuevo huracán que los pronósticos meteorológicos locales y las autoridades ya calificaron días atrás como "extremadamente peligroso".
Las emisoras de radio de los municipios centrales y orientales del país insistieron a lo largo del día en los llamamientos a la prevención para que los pobladores se avituallaran con agua potable y alimentos duraderos.
Además, insistieron en que aquellos que habitan en casas inseguras o lugares vulnerables a las inundaciones se trasladaran a lugares seguros para evitar daños personales.
En la provincia de Camagüey, con unos 700.000 habitantes el plan de evacuaciones incluía a unas 250.000, según informaron a Efe autoridades del gobierno y la Defensa Civil.
Entre los primeros en trasladarse en la ciudad cabecera de esa provincia, los vecinos de la barriada de La Norma, se movilizaron para resguardarse del peligro de posibles inundaciones del río Hatibonico en casas de familiares y albergues estatales.
Julia Feñivesi y su esposo Juan Tabla, se encontraban en plena faena recogiendo sus pertenencias y colocándolas a la mayor altura posible para después refugirse en el domicilio de una de sus hijas.
"Tenemos miedo, ya vivimos una primera inundación cuando, a causa de un temporal de lluvias, el río se salió de su cauce y el agua subió a casi un metro de altura", declaró Julia, visiblemente nerviosa y colocando equipos eléctricos, colchones y otras propiedades en una improvisada repisa.
Mientras tanto, por delante de su puerta un coche con altavoces pasaba por el lugar llamando a los vecinos del popular reparto camagüeyano a dejar las casas en malas condiciones y con riesgo de inundarse.
Esther Cabrera dijo a Efe que en mayo pasado un temporal de lluvias provocó una inundación y "el agua me llegó a la cintura en mi casa".
Por eso, este sábado su pariente Jesús Castellanos la transportaba en su coche tirado por un caballo junto a varios familiares para la casa de unos parientes.
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