El cementerio de Novodiévichie de Moscú acogió hoy la ceremonia de inauguración de un monumento en memoria del primer presidente de Rusia, Borís Yeltsin, fallecido hace un año.

El presidente saliente ruso, Vladímir Putin, elogió la figura de Yeltsin, al que calificó de político de talla mundial.

"Hace un año que ya no está entre nosotros Borís Nikoláevich Yeltsin, el primer presidente de Rusia y uno de los políticos más brillantes del siglo XX, que influyó de manera fundamental no sólo en el desarrollo de nuestro país, sino, y sin exagerar, en el curso de la historia mundial", declaró.

Putin subrayo que "los agitados años 90 fueron una época de cambios precipitados y de gente extraordinariamente valiente, de personajes capaces de ir contra corriente, llamados a nuevos objetivos y que arrastraban tras de sí a una gran multitud".

"Borís Nikoláevich Yeltsin forma parte sin duda alguna de esa pléyade", dijo Putin.

Subrayó, además, que el primer presidente de Rusia asumió toda la responsabilidad de todo lo que ocurrió en el país y demostró que "sólo así, con valentía y decisión, se debe avanzar hacia el objetivo estratégico elegido".

Durante la ceremonia de presentación del monumento, Tamara Yumásheva, hija de Yeltsin, señaló que a la familia le gustó la obra desde el primer momento en que la vieron, y agregó que lo que querían evitar era un "retrato en la lápida".

Según Yumasheva, "el acabado de la escultura es perfecto, no le sobra nada".

El autor del monumento es el escultor Gueorgui Frangulián, autor de muchas otras obras emplazadas en ciudades como Amberes, Bruselas, Venecia, Rávena o Moscú, informaron las agencias rusas.

"Tuve claro desde el principio el concepto de la escultura. Por eso, en sólo una hora y sin plantearme dudas, diseñé todos los bocetos", señaló por su parte el artista.

Según Frangulián, "estaba claro que el monumento de un hombre tan poderoso como Borís Nikoláevich (patronímico de Yeltsin) debía reflejar no sólo su aspecto físico sino también su energía positiva, su carisma".

Además, agregó, "la escultura no debía tener carácter conmemorativo" sino "ser un símbolo de la nueva Rusia, como por ejemplo la bandera que apareció precisamente gracias a Yeltsin".

"La intriga de esta escultura, si se puede decir así, ha sido transmitir la esencia del carácter del primer presidente de Rusia y significado a través de la plasticidad, la utilización de símbolos de la nueva Rusia y la imagen del propio Yeltsin", subrayó.

Mientras, los compañeros de clase del presidente en su época de estudiante de la Universidad Técnica Estatal de los Urales, entre los años 1950 y 1955, depositaron flores ante el Centro Yeltsin de los Urales en Yekaterimburgo.

Los participantes en el acto conmemorativo se pusieron en contacto telefónico con la viuda de Yeltsin.

"Hoy en Yekaterimburgo hace un día verdaderamente propio para una conmemoración. Hace un día claro y soleado. Nos inclinamos profundamente ante ti, estamos contigo, con tus hijas y nietos en este día tan importante y difícil. Nos inclinamos también ante la tumba de Borís Nikoláevich", le transmitieron a la viuda.

Por otra parte, el primer ministro, Víctor Zubkov, firmó hoy un decreto gubernamental que toma nota de la información del Ministerio de Educación y Ciencia de poner el nombre de Borís Yeltsin a la Universidad Técnica Estatal de los Urales.

Asimismo, en Yekaterimburgo se descubrió una placa en el número 1 de la nueva calle Borís Yeltsin, que antes llevaba el nombre de calle del 9 de enero.

También en Butka, aldea en la región de Sverlovsk, en los Urales, y lugar de nacimiento de Yeltsin, fue descubierta una placa en su memoria.