Este artículo se publicó hace 12 años.
La indignación pasa su reválida
Analistas y protagonistas del 15-M interpretan la situación política, social y económica en la que se celebra la jornada de movilizaciones de este sábado
"El cambio es seguro. No hay marcha atrás". Christian, miembro de Democracia Real Ya (DRY), ve al Movimiento 15-M más vivo que nunca, en el cumpleaños de la explosión de la indignación. En estos últimos 365 días hay más desempleados y más desahuciados. La reforma laboral ha mermado los derechos laborales de los ciudadanos y el Estado del bienestar agoniza después de los últimos recortes del Gobierno en educación, sanidad y otros servicios sociales.
Los motivos para la indignación que germinaron aquella manifestación del 15 de mayo de 2011 a la que nadie auguró la trascendencia que finalmente tuvo, y que fraguó un movimiento a nivel internacional, parecen más claros que nunca. Más vigentes que entonces. Su objetivo, como el de las que recorrerán hoy las principales ciudades , era reclamar más democracia. Tratar de menguar la capacidad de decisión de la política de los despachos, y primar la política de las asambleas, de las reuniones y de la participación.
Un año después, el experimento se enfrenta a su reválida. Y lo hace en un nuevo escenario. La ciudadanía ya puede ver con perspectiva el recorrido del movimiento y su verdadera capacidad de influir en las decisiones de las diferentes administraciones. Estas, principalmente las gobernadas por el PP, tratan de presentar al 15-M como un problema de orden público. Y, la acción de Gobierno de Mariano Rajoy, ha multiplicado las protestas al margen de los indignados.
Analistas y protagonistas del Movimiento explican para Público.es la influencia que pueden tener esos nuevos factores en el éxito de las movilizaciones del aniversario.
01. MAYOR PRESENCIA POLICIALCómo evitar las acampadas
Nadie podía imaginar hace un año que las manifestaciones del 15 de mayo de 2011 evolucionarían en acampadas en las pincipales plazas de las capitales españolas. A pesar del carácter pacífico y constructivo de los asentamientos, un año después, estos constituyen el principal temor de los mandatarios. En Madrid, la Delegación del Gobierno que dirige Cristina Cifuentes tiene previsto desplegar un número ingente de efectivos policiales para evitar esas acampadas y para eludir supuestos disturbios. ¿Pero disuadirá esto a los ciudadanos que simpaticen con el 15-M a la hora de salir a la calle?
Urquizu cree que la mayoría "se echará para atrás" por miedo a los disturbios"Los más movilizados se movilizarán mucho más, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos se echarán para atrás", afirma Ignacio Urquizu, profesor de Sociología de la Universidad Complutense y colaborador de la Fundación Alternativas. Desde el propio Movimiento niegan la mayor. Ana Alleres, de la comisón de difusión en red de Acampada Sol, insiste en que el 15-M es "pacífico", en que así lo percibe la ciudadanía y en que pesa más "el enfado y el cansancio" respecto a los ataques contra el Estado del bienestar que el temor a una intervención policial. Con ella coincide Cristina Ares, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Santiago de Compostela que, hasta septiembre de 2011, fue concejal del PP en Lugo. "No tiene ningún sentido que se presente como un problema de orden público a un movimiento pacífico que defiende una forma de contribuir al sistema democrático", afirma, en contra del criterio de su propio partido.
02. UN MOVIMIENTO CONSOLIDADOSus efectos en el día a día
"El 15-M ha cambiado las reglas de la política", sostiene Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca. El Movimiento nació hace un año como una nueva forma de protesta lejos de las banderas de los partidos políticos o de los sindicatos. Nadie sabía qué podía esperarse de aquellas protestas. Pero lo cierto es que hoy, quienes secunden las movilizaciones, lo harán conociendo los principales logros y disfunciones del 15-M. Como ejemplo, el propio Fernández Enguita señala que desde entonces los partidos políticos no se presentan a las elecciones como si les hubieran entregado un cheque en blanco. "Son conscientes de que la ciudadanía seguirá pidiéndoles cuentas a lo largo de la legislatura".
Christian, de DRY, cree que la gente percibe que el 15-M "está cambiando la realidad"Christian, de DRY, considera que la gente "percibe que le está cambiando la realidad" y que, como la situación ha empeorado, secundará masivamente las movilizaciones que se inician este sábado. "La política está extendida en la calle. Se ha democratizado el actuar y el sentir", añade, por su parte, Alleres, de Acampada Sol. En cambio, Urquizu afirma que "viendo la evolución, ha habido mucha gente defraudada". Porque, a su juicio, las principales propuestas del 15-M "no han sido un éxito, traducidas a lo político" y, además, "existe la percepción de que el movimiento se ha dividido", lo que podría perjudicar el éxito de las marchas.
03. CAMBIO DE GOBIERNOLa indignación en un movimiento sin color político
Los principales representantes del 15-M no se identifican con ningún partido político. Pero, en este último año, uno de los principales acontecimientos políticos que ha tenido lugar en España ha sido el cambio de Gobierno. La aplastante mayoría absoluta que consiguió el PP en las elecciones generales del 20 de noviembre desbancó a José Luis Rodríguez Zapatero de la Presidencia del Ejecutivo. Y, el nuevo jefe del Gabinete, Mariano Rajoy, ha basado sus primeros meses de Gobierno en el recorte. ¿Influirá esto en la asistencia a las marchas?
"Las medidas no son del Gobierno, son de los mercados", advierte Ana Alleres, de Acampada SolCristina Ares considera que, el año pasado, el hecho de que el Gobierno socialista "se hubiera derechizado" alimentó el sentimiento de indignación, sobre todo entre los jóvenes de izquierda. Pero reconoce que el Ejecutivo actual ha adoptado "muchas medidas" que siguen perjudicando a esos jóvenes y añade, incluso, que ahora "tienen más motivos" directos para echarse a la calle. El sociólogo Fernández Enguita constata que a los gobiernos de izquierdas, se les suele exigir "lo prometido, e incluso lo no prometido" desde las calles, pero que en el caso de la elección de Rajoy como presidente la ciudadanía tendrá en cuenta sus "promesas a los mercados y a Angela Merkel", y secundará las protestas. Los indignados, en cambio, se mantienen en sus trece: "Las medidas no vienen del Gobierno, porque estamos en una democracia de los mercados y son ellos los que imponen todas las iniciativas", lamenta Alleres, que no cree que el cambio en La Moncloa influya en sus convocatorias.
04. LEJOS DE UNA CITA ELECTORALEl 15-M se fraguó siete días antes de unos comicios
Cuando las acampadas, especialmente la de la Puerta del Sol de Madrid, estaban en su momento de mayor apogeo. Cuando las asambleas trabajaban a destajo para proponer sus alternativas al sistema, la mayoría de los españoles acudían a votar en las urnas la composición de sus ayuntamientos y la de algunos parlamentos autonómicos. Fue el 22 de mayo, siete días después de que naciera el 15-M. Las manifestaciones llegaban en pleno desgaste del Gobierno socialista. Cuando éste estaba poniendo en marcha sus iniciativas más impopulares y dos años después de que se hubiera sometido a la valoración de las urnas -en 2009 tuvieron lugar las elecciones al Parlamento Europeo-. El aniversario, en cambio, se celebra con las principales administraciones del Estado recién renovadas, ese 22 de mayo -cuando tuvieron lugar las elecciones municipales y autonómicas- y el 20 de noviembre -las generales-.
Los analistas no creen que la cercanía con el 22-M hiciera triunfar al Movimiento"Si ahora hubiera elecciones es cierto que las protestas puede que estuvieran secundadas por más gente, pero en ningún caso se repetirá la excepcionalidad que supuso el 15-M", dice Urquizu, que desvincula el éxito del Movimiento a la cercanía de los comicios. Alleres, de Acampada Sol, es de la misma opinión. Según ella, hace un año "había muchas cosas que estaban mal" pero, en la actualidad, "se han creado nuevos ámbitos de enfado" por el Gobierno que tan sólo lleva cinco meses ejerciendo sus funciones. "Los indignados están interesados en la idea de ampliar el concepto de democracia. Y eso va más allá de que se tengan en cuenta o no unas elecciones inmediatas", agrega, por su parte, Cristina Ares.
05. UN FENÓMENO MUNDIALDe Sol a Wall Street
El 15-M fue precursor a nivel internacional. Los españoles pusieran de manifiesto su indignación en las principales plazas del país y, después, hicieron lo propio los vecinos de ciudades europeas como Londres o París. En el último año el Movimiento ha proliferado por todo el globo. De Hong Kong a Auckland, y de Tokyo a Nueva York. Precisamente, en septiembre de 2011, Occupy Wall Street, el heredero norteamericano del 15-M, revolucionó la actualidad política de los Estados Unidos. El único arma con el que las autoridades de aquel país consiguieron acallar la protesta fue a través de la represión policial. Siete meses después del estallido, los indignados del mundo han dejado de estar en la primera plana de la actualidad internacional.
"El menoscabo del Estado del bienestar es global", afirman los indignados"El menoscabo del Estado del bienestar es global", denuncia Ana Alleres, que no cree que porque el movimiento se haya desinflado aparentemente en otras ciudades del mundo, vaya a suceder lo mismo en las movilizaciones españolas. Christian, de DRY, cree que el 15-M "puso a España en el mapa", ya que el país "no era conocido por los movimientos sociales" hasta que estalló la indignación. Urquizu considera, en cambio, que el peso del Movimiento español sí tendría hoy en día más peso "si se hubiera mantenido con fuerza en otros lugares". En su opinión, su éxito tuvo que ver "casi con la suerte", más que con la organización de una iniciativa vertebrada.
06. PROLIFERACIÓN DE LAS PROTESTASLa reacción a los recortes del Gobierno
Cuando surgió el 15-M la lucha social se encontraba en horas bajas. Los sindicatos atravesaban por uno de sus peores momentos, con su popularidad por los suelos tras aprobar con el Gobierno socialista una reforma laboral que redujo los días de indemnización por despido improcedente. Desde el 15 de mayo de 2011 y, sobre todo, desde que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha empezado a tomar decisiones, las calles se han vuelto a convertir en escenarios de protestas bajo las banderas de los sindicatos y de los partidos políticos de izquierda. El 29 de marzo hubo una huelga general contra la reforma laboral del PP y, posteriormente, las calles se han llenado de ciudadanos que han reivindicado el carácter público de la sanidad, o que han exigido a los gobernantes que luchen por la calidad de la enseñanza. El 15-M convive, un año, después con todas esas reivindicaciones que sí han ondeado sus propias banderas con color político.
Fernández Enguita cree que la lucha sindical es compatible con el 15-MUrquizu señala que los indignados reunieron "a muchos movimientos sociales que ya existían, pero que la gente no conocía". Ahora, en cambio, advierte de que esos movimientos "se han diversificado". Fernández Enguita, en cambio, considera que "las mismas personas que se han manifestado, por ejemplo, el primero de mayo, también se sentirán vinculadas con el 15-M" porque, dice, comparten reivindicaciones. Desde DRY, Christian llama la atención en el hecho de que en las bases de muchos partidos y sindicatos que han secundado las últimas movilizaciones, "hay muchos activistas" que "también quieren cambiar esas organizaciones desde dentro", y que secundan los planteamientos de los indignados. La politóloga Cristina Ares, por su parte, considera que "no hay contradicción" en participar en todas esas protestas y remacha que, en su opinión, "los más jóvenes se seguirán sintiendo más cómodos en lo que tenga que ver con el 15-M".
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