Público
Público

Ingleses y alemanes buscan entradas y comparten cervezas

Reuters

Los aficionados de Inglaterra y Alemania están acudiendo a la ciudad sudafricana de Bloemfontein y se pelean por un alojamiento, un medio de transporte y unas entradas para el partido del domingo de octavos de final del Mundial, aunque dos cosas no faltan: la cerveza y la buena voluntad.

A pesar de la histórica rivalidad entre ambos equipos, que se enfrentan en el estadio Free State, todos estaban regodeándose por el buen ambiente del Mundial en Sudáfrica y compartieron aventuras de viajes.

En el sector de camping de Reyneke Park, a las afueras de Bloemfontein, banderas alemanas e inglesas colgaban de las tiendas de campaña y de las autocaravanas.

"Comenzaron a beber pronto aunque hay un buen ambiente. Todos se han comportado correctamente, sin problemas", dijo el dueño del sitio, Les Reyneke. El bar se mantuvo abierto hasta las cinco de la mañana.

Para los seguidores ingleses, hubo problemas para encontrar lugares para alojarse en Bloemfontein debido a que se esperaba que acabara primero de su grupo y se mantuviera en Rustenburgo durante su primera eliminatoria.

"Los últimos dos días han sido locos. El teléfono no ha dejado de sonar durante cinco horas ayer", señaló Reyneke.

Muchos aficionados ingleses han cambiado las entradas que consiguieron con los estadounidenses después de que los norteamericanos terminaran primeros de grupo, aseguró. Algunos incluso habían perdido su dinero en reservas de vuelos y habitaciones.

SAFARI FUTBOLÍSTICO

Su principales queja ha sido el coste del alojamiento, aunque adoran su safari futbolístico.

"La gente es maravillosa. Aunque la gente blanca no es tan amistosa como la negra", afirmó Falvi.

Con respecto al partido, los ingleses confían en ganar a la joven selección alemana, a pesar de que Inglaterra tuviera dificultades para clasificarse. Pero lo que podría venir luego, posiblemente Argentina, es lo que les preocupa.

También se vieron ofendidos por las críticas de Wayne Rooney a los seguidores ingleses por abuchear al equipo tras una decepcionante actuación frente a Argelia.

"Hemos estado trabajando 24 horas al día para venir aquí. Todo lo que estamos pidiendo son 90 minutos de trabajo", dijo Darren Gelding, un cartero de 40 años.

En el muelle de Loch Logan, los aficionados alemanes e ingleses se mezclaron. No hubo ni la más mínima intención de violencia como en décadas pasadas cuando se manchó la reputación de los aficionados británicos.

Stefan Zundel, un hombre de 30 años de Berlín, y Katharina Lueth, de 27 años y de Munich, ambos consultores, estaban sentados almorzando con sus camisetas de Alemania.

"Desafortunadamente estamos en minoría", bromeó Zundel. "Aunque hay una gran cantidad de sudafricanos que apoyan a Alemania. Mi impresión es que el público aquí va a estar con Alemania", agregó.

Va a ser un partido difícil, reconoció Lueth, agregando: "Ganaremos si vamos a los penaltis".

La policía sudafricana ha reforzado la seguridad ante cualquier posibilidad de violencia entre los aficionados.

Pero Andrew Fleming, de la federación de seguidores del fútbol inglés, dijo que tal imagen de violencia era una cosa del pasado.

"Mucha gente ha trabajado duro para cambiar las cosas desde los viejos días oscuros", señaló.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias