Este artículo se publicó hace 13 años.
El Instituto Cervantes de Río acoge hasta abril los "caprichos" de Goya
Los "caprichos" de Francisco de Goya, un conjunto de ochenta grabados en los que el genial pintor satirizó a la sociedad española de finales del siglo XVIII, se exhiben desde hoy en el Instituto Cervantes de Río de Janeiro, donde permanecerán hasta el 27 de abril próximo.
Esta es la primera vez que un trabajo artístico del pintor español se expone en Brasil, donde además de Río de Janeiro podrá ser visitado de forma gratuita en las ciudades de Salvador, Recife, Brasilia y Belo Horizonte, dijo a Efe Noemí Oliva, gestora cultural del Instituto Cervantes en Río de Janeiro.
"Hemos diseñado nuestra programación cultural para todo el año con el fin de atraer a todo tipo de público. Queríamos que el comienzo fuera fuerte y por eso seleccionamos a Goya porque es un buen representante de la cultura española", manifestó Oliva.
La primera obra de esta serie artística, propiedad del Instituto Cervantes, ejemplifica el rechazo que suscitaba en Goya el comportamiento de la nobleza y el clero al autorretratarse en actitud satírica y con una vestimenta propia de un personaje destacado de la época.
Francisco de Goya (1746-1828) también aprovechó las obras de este conjunto para denunciar las lacras de la sociedad de su tiempo y criticar el sistema educativo de la época por no aportar conocimientos racionales.
Su crítica exacerbada a la educación incluso le llevó a dibujar asnos que recreaban la figura de un maestro de escuela que no era capaz de inculcar su bagaje educativo a los alumnos, que también fueron representados como pequeños burros.
El pintor español imprimió a sus "caprichos" un mensaje cómico y metafórico que simbolizaba una sociedad en la que el hombre, afligido por la ignorancia y la opresión de las clases ociosas, la nobleza y el clero, incluso tiene que cargar con un animal al hombro, clara representación de una sociedad injusta y desigual.
Goya también jugó con el título de cada uno de los ochenta grabados, siempre cargados de ironía y con un significado explícito más allá del literal.
Esta propuesta, que permite abordar el conjunto artístico desde una perspectiva libre e individual, evitó que los trabajos fuesen censurados y que el pintor no fuese condenado por la Inquisición tras sus críticas a la Iglesia y al clero.
"La exposición está destinada al público infantil y adulto, pero también a especialistas en arte o para otras personas más sencillas que quieran hacerse una idea de lo que representó Goya en España y en todo el mundo", declaró Oliva.
Bajo una técnica expresionista, Goya deformó las fisonomías y los cuerpos humanos de los personajes representados con el fin de mostrar las torpezas humanas en escenarios tenebrosos con escasez de luz para acentuar su mensaje crítico.
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