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Interior mantiene al director de la Guardia Civil sólo porque es amigo de Rajoy

ANA PARDO DE VERA

La destitución del director general de la Guardia Civil, Arsenio Cuco Fernández de Mesa, no depende en último término de su superior Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior. Si así fuera, admiten en el PP, el exdelegado del Gobierno en Galicia 'ya estaría fuera' del Departamento. La larga amistad personal de Fernández de Mesa con el presidente del Gobierno es, en realidad, su seguro de continuidad, aunque en este caso, tal y como explican los conservadores, la también estrecha relación del responsable de Interior con Mariano Rajoy juega en contra del responsable del Cuerpo. Las fuentes consultadas sostienen que Fernández Díaz no ha planteado al jefe del Ejecutivo la necesidad del relevo de Fernández de Mesa, pero es lo que medita en estos momentos.

Mientras el ministro se decide si toma o no la decisión de tratar de convencer a Rajoy, tentado por el pacto de Estado de inmigración que le ofrece el PSOE a cambio de la cabeza del director de la Guardia Civil y que precisa para hacerse fuerte en Bruselas, éste permanece en un segundo plano. Fernández de Mesa evita actos institucionales que puedan ponerle en contacto con la prensa desde sus cuestionadas y contradictorias declaraciones en pocas horas para hablar sobre la muerte de 15 inmigrantes en la playa de El Tarajal (Ceuta) Sin ir más lejos, el máximo responsable del Cuerpo -de quien incluso los suyos han subrayado siempre su afán de protagonismo- acudió a la capilla ardiente de Adolfo Suárez en el Congreso de los Diputados el lunes a primera hora de la noche, sobre las 21:00 h. A esa hora, la expectación mediática por el aluvión de autoridades que acudieron a rendir un último homenaje al expresidente se había desinflado y apenas había periodistas -ni personalidades- en el Salón Pasos Perdidos de la Cámara Baja.

'Malo si De Mesa sabía de la comida de golpistas y malo si lo desconocía', razonan en el PPEl director de la Guardia Civil también ha evitado pronunciarse sobre la segunda polémica que le ha afectado directamente en un mes, la comida organizada por el hijo del golpista Antonio Tejero en el cuartel de Valdemoro y con la asistencia de otros franquistas, como el torturador Jesús Muñecas, condenado a cinco años de prisión por el 23-F y acusado de torturas por la jueza argentina que investiga los crímenes del franquismo. Interior destituyó a Tejero la semana pasada, pero no porque la comida tuviese lugar entonces, ya que fue en febrero y pocos días antes del aniversario del golpe de Estado, sino porque El País publicó su celebración el lunes 17. ¿Conocía el director de la Guardia Civil esa reunión de golpistas en sus instalaciones? 'Malo si lo sabía, malo si lo desconocía', razonan en el PP, pues Fernández de Mesa tiene la obligación de conocer la actividad de los cuarteles -y el de Valdemoro no es cualquiera- y haber pasado por alto semejante 'despropósito' es inadmisible.

Durante la rueda de prensa del pasado Consejo de Ministros, Jorge Fernández Díaz contestó con un 'no' rotundo y seco a la pregunta sobre si iba a destituir a su director general. Tampoco Rajoy se ha mostrado públicamente favorable a relevarlo, aunque la alergia a los cambios del presidente es de sobra conocida. Sin embargo, los reproches internos a la labor de éste se suceden cada vez con mayor intensidad y la posibilidad de una crisis de Gobierno si finalmente se confirma la salida del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, como cabeza de lista del PP para las elecciones europeas constituiría un escenario perfecto para, por lo menos, desplazar a Fernández de Mesa a otras responsabilidades.

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