Interrupciones en terapia contra VIH, comunes en ex presos

Los resultados de un nuevoestudio muestran que se producen muchas interrupciones en eltratamiento farmacológico del VIH luego de que un preso con elvirus del sida es liberado de la cárcel.

Dentro de los 60 días de la liberación, sólo el 30 porciento de los ex presos infectados con VIH dentro delDepartamento de Justicia Criminal de Texas pidió una receta deterapia antirretroviral, informaron los investigadores enJournal of the American Medical Association.

Además, el 90 por ciento o más de los reclusos no solicitóuna prescripción lo suficientemente rápido como para evitar unainterrupción del tratamiento, según reveló el informe.

"Estas tasas sorprendentemente altas de interrupcionesprolongadas en el tratamiento del VIH son preocupantes desdeuna perspectiva de salud pública", indicó Jacques Baillargeon,de la University of Texas, en un comunicado.

Varios estudios sugieren que muchos presos liberados quediscontinúan la terapia antirretroviral también retomanconductas de alto riesgo, como el uso de drogas inyectables oel sexo sin protección, agregó Baillargeon.

"Esta combinación no sólo generaría malos resultadosclínicos en esos individuos, sino que también crearíareservorios resistentes a los medicamentos en la comunidad engeneral", manifestó el autor.

La investigación incluyó a 2.115 reclusos con VIH queestaban recibiendo terapia antirretroviral antes de serliberados de la cárcel entre enero del 2004 y diciembre del2007.

Solamente el 5,4 por ciento de los ex presos solicitó unaprescripción antirretroviral dentro de los 10 días posterioresa la liberación, revelaron los autores.

Los reclusos hispanos y afroamericanos fueron un 60 porciento menos proclives que los blancos a pedir una recetadentro de los 10 días y un 30 por ciento menos propensos ahacerlo dentro de los 30 días.

"Atender correctamente una crisis de salud pública de estaescala y complejidad requerirá esfuerzos coordinados cuidadososentre las instituciones médicas, el sistema de justiciacriminal y las agencias de salud pública", concluyó el equipo.

FUENTE: Journal of the American Medical Association, 25 defebrero del 2009