El ministerio de Interior de Israel aprobó ayer la construcción de 900 viviendas para colonos judíos en el sector árabe de Jerusalén, en el asentamiento de Guilo, el mayor de los territorios ocupados, situado al sur de la ciudad, en tierras que originalmente pertenecieron a Belén y que Israel se anexionó unilateralmente tras su ocupación en 1967 haciendo caso omiso de la ley internacional.

El proyecto ya ha sido sancionado por la comisión pertinente del ayuntamiento exclusivamente judío de Jerusalén, y aunque todavía es posible presentar alegaciones, el Gobierno manifestó ayer que nadie detendrá esta expansión ni otras ulteriores que no especificó. Guilo cuenta hoy con una población 40.000 habitantes judíos y forma parte del anillo con el que Israel circunda la Jerusalén Este palestina.

El anuncio se produjo apenas unos días después de que el enviado de los Estados Unidos para el conflicto de Oriente Próximo, George Mitchell, requiriera personalmente al primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, que no llevara adelante este proyecto. La oficina de Netanyahu respondió que Guilo forma parte integral de Jerusalén y siempre formará parte de Israel.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Suecia, país que preside la UE, Carl Bildt, rechazó la iniciativa palestina de presentar al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para declarar un Estado palestino dentro de la frontera de 1967. Bildt dijo que se trata de una idea 'prematura'.

Israel, mientras tanto, sigue cambiando la realidad sobre el terreno sin que se produzca ninguna reacción de la comunidad internacional.

El presidente palestino, Mahmud Abás, que ayer se reunió en El Cairo con el rais egipcio, Hosni Mubarak, admitió que los palestinos se encuentran 'en una situación muy difícil'. 'No tenemos ninguna otra solución que no sea la de declarar (un Estado) de manera unilateral', añadió.