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Italia aclara el misterio de 'La Gioconda'

El misterio de Leonardo, desvelado

GONZALO DOMÍNGUEZ

La misteriosa sonrisa que plasmó Leonardo da Vinci en La Gioconda atrae cada año a millones de visitantes al Museo del Louvre de París, turistas que se abren camino a codazos para observar un poco más de cerca un rostro cuya identidad constituye uno de los misterios más convulsos de la Historia del Arte. Italia, cien años después del robo de la pintura en París, está inmersa en una campaña para conseguir que La Gioconda vuelva a Florencia y para ello el Comité italiano para la valorización de los bienes históricos culturales y ambientales ha impulsado el estudio de ese misterio en los últimos meses, un análisis que ha arrojado conclusiones de lo más peculiares.

La primera campaña de estudio la inició el comité en abril de este año. Con un derroche de medios sin precedentes y un equipo multidisciplinar formado por arqueólogos, historiadores del arte, antropólogos y geólogos comenzó la excavación del convento de Santa Úrsula, templo cristiano en el que probablemente está enterrada Lisa Gherardini da Giocondo, una de las candidatas a ser la protagonista del cuadro de Da Vinci. El equipo, que cuenta con las más modernas técnicas de excavación como el georradar, comparará el ADN de los restos, una vez los encuentren, con los de los hijos de Gherardini, cuyas fosas están localizadas.

Un grupo de expertos del Estado italiano ha encontrado en el retrato de Leonardo rasgos de dos individuos diferentes, uno de ellos un hombre

El fin último de las labores es hallar el cráneo de la florentina para poder reconstruir su rostro y compararlo con el de la pintura. De este modo podría confirmarse o descartarse si efectivamente es su sonrisa la que encandila a los visitantes del museo parisino. Contrasta este derroche de medios con la carencia, casi absoluta inexistencia, en otros lugares emblemáticos de Italia como Pompeya y Herculano, cuya investigación está interrumpida desde hace años en el país con más patrimonio histórico artístico del planeta.

A comienzos de este año, ese mismo comité, empecinado en terminar con el rompecabezas que ocupa desde hace décadas a los expertos, colocaba una pieza más para desenmarañar el enigma. La Mona Lisa podría estar inspirada parcialmente en uno de los amantes de Leonardo, Gian Giacomo Caprotti, también discípulo del maestro italiano. La comparación con otros retratos muestra coincidencias notables con Caprotti, conocido por sus coetáneos como El Salai. El análisis detallado de la obra también desveló la existencia de dos iniciales en la pupila izquierda de la retratada. Estas iniciales, LS, se corresponden, según los expertos con las de Lisa Gherardini cuyo retrato fue encargado a Leonardo por su marido y El Salai, siendo por tanto el retrato una mezcla de ambos.

Todos estos esfuerzos del Comité italiano para la valorización de bienes históricos y culturales tiene un fin último claro: el regreso de la pintura de Leonardo a Florencia. Este objetivo, rechazado de pleno por el Museo del Louvre, conmemoraría el centenario de la primera exhibición en la galería de los Uffizi. Los impulsores de la causa están recogiendo firmas para lanzar una petición oficial a los ministros de cultura francés e italiano, proyecto para el que cuentan con el apoyo de la provincia y la entidad pública gestora de los museos de la ciudad.

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