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Italia se une al club europeo de la austeridad

Reuters

Italia se sumó el martes de mala gana al club europeo de la austeridad, con un presupuesto que se espera que afecte a todo, desde el gasto sanitario a los peajes o los salarios de los humildes y los poderosos.

"Será duro, con grandes sacrificios", dijo Gianni Letta, secretario de Gabinete y mano derecha del primer ministro Silvio Berlusconi.

Tras meses diciéndoles a los iltalianos que las finanzas del país eran inmunes a una crisis similar a la griega, el Gobierno ha optado por lo que espera que sea un golpe preventivo para evitar lo peor.

Roma se suma a Grecia, España y Portugal en la puesta en marcha de programas para recortar los déficits presupuestarios, centrados en recortes del sector público destinados a recuperar la confianza de los inversores tras un rescate de 110.000 millones de euros para Grecia y el establecimiento de un programa de seguridad por 1 billón de dólares para intentar evitar el efecto contagio.

El paquete, que el ministro de Economía Giulio Tremonti detallará cuando el gabinete se reúna para aprobarlo, pretende reducir el déficit presupuestario en aproximadamente 26.000 millones de euros en dos años, con recortes de 13.000 millones de euros en 2011.

Las medidas recortarán las contrataciones en el sector público y congelarán los sueldos durante tres años, retrasan la edad de jubilación de los funcionarios y reducen los fondos para los gobiernos locales, según el borrador del decreto, los comentarios de Tremonti el lunes por la noche y las informaciones en los periódicos.

El gasto farmacéutico en el sistema sanitario público se someterá a estrictos controles para eliminar los abusos y el mal gasto. El Gobierno tratará de frenar la evasión de impuestos declarando ilegales las transacciones de efectivo de más de 5.000 euros.

Los gobiernos locales y regionales serán presionados para contribuir con 5.800 millones de euros en recortes de gastos en 2011-2012, que podría afectar a colegios, hospitales y mantenimiento de carreteras.

En un claro esfuerzo para dar la apariencia de que los sacrificios serán amplios, como ha pedido el presidente Giorgio Napolitano, las medidas incluyen recortes en salarios y primas y activos a ministros, parlamentarios y altos cargos del sector público.

"El Gobierno tienen que tomar estas medidas para salvar a nuestro país de un riesgo como el griego", dijo Letta, que hizo estas declaraciones antes de que se supiera que la confianza de los consumidores está en mínimos anuales.

FIN DEL "CUENTO DE HADAS"

Las reacciones a las medidas señalaron que su duro realismo de Letta ha roto la burbuja de optimismo que desde hace meses intenta pintar el Gobierno de Berlusconi, que ha retrocedido hasta nuevos mínimos en las encuestas de opinión.

"Se acabó el cuento de hadas", afirmaba el diario de izquierdas La Repubblica en el titular de su editorial sobre los recortes.

El clima de incertidumbre podía percibirse desde las salas de poder a los mercados de la calle.

"Cortan, cortan, cortan y después, ¿qué? No lo sé, no sé qué pasará", dijo Giovanni Fulvio, un comprador de un mercado en el norte de Italia.

Los recortes en el déficit, que se estiman en torno al 1,6 por ciento del PIB italiano, pretenden asegurar que el déficit de presupuesto cae por debajo del techo europeo del 3 por ciento para 2012.

Estas medidas siguen a los temores que ha habido en las últimas semanas sobre las finanzas públicas de los países periféricos de la euro zona, lo que ha devuelto a Italia al foco de atención.

Italia pretende reducir su déficit a un 2,7 por ciento para 2012, frente al 5,3 por ciento del año pasado, muy por debajo de la media europea, gracias a la moderación en el gasto en estímulos económicos durante la crisis.

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