Este artículo se publicó hace 15 años.
Iwasaki ironiza con los premios al escribir 7 veces de distinto modo el mismo relato
El escritor Fernando Iwasaki (Lima, 1961) presentará esta tarde en la Casa del Libro de Sevilla su última obra, el libro de relatos "España, aparta de mí estos premios", que es también una broma, ya que transforma siete veces el mismo relato para presentarlo a otros tantos supuestos premios literarios.
"¿Qué ocurriría en España si apareciera en las profundidades de una cueva un brigadista japonés ignorante del final de la Guerra Civil?", pues ese es, precisamente, el desencadenante narrativo que le sirve a Iwasaki para comenzar estos relatos que, sin dejar de ser el mismo, son todos distintos entre sí.
El nuevo volumen de relatos del escritor peruano afincado en Sevilla está lleno de guiños y de claves que resultarán familiares no sólo a los asiduos del relato corto sino también a los que alguna vez hayan transitado por el camino de los premios literarios.
Por ejemplo, el también escritor de cuentos onubense Hipólito G. Navarro, quien por cierto esta tarde presentará el libro de Iwasaki, figura como jurado en los siete supuestos relatos a los que se presentan las siete versiones del cuento incluidas en "España, aparta de mí estos premios", editado por Páginas de Espuma.
El autor, en declaraciones a Efe, admitió que su nuevo libro está repleto de "irreverencias humorísticas y reverencias japonesas", quién sabe si en alusión al "Decálogo del concursante consuetudinario" que en esta ocasión escribe a manera de epílogo.
Este "Decálogo" para concursantes en premios literarios cuya especialidad sean los cuentos o relatos cortos dice en su primer punto: "Los cuentos que envíes a los concursos nunca serán importantes para la historia de la literatura. En realidad, ni siquiera para la literatura".
El mismo "Decálogo" concluye aconsejando: "A la hora de concursar recuerda siempre las palabras del viejo Groucho: 'Los grandes éxitos los obtienen los libros de cocina, los volúmenes de teología, los manuales de 'cómo hacer...' y los refritos de la Guerra Civil".
La humorada de Iwasaki lleva a reproducir, en cada caso, el acta del fallo del jurado, así como el lugar en el que éste se reúne, que alguna vez es un restaurante de primera categoría.
Según el autor, con este libro "se trataba de realizar ejercicios de estilo y compartir la risueña perplejidad que se produce cuando lo verdadero es inverosímil y lo imposible más bien probable".
Para conseguirlo, consideró, era imprescindible que todos los protagonistas fueran japoneses ocultos en España durante décadas, como los soldados que se escondieron en las islas del Pacífico cuando acabó la II Guerra Mundial.
Para Iwasaki, "la disciplina, el sentido del deber y la delicada minuciosidad niponas están en los antípodas de la idiosincrasia hispánica y por eso un japonés empeñado en ser vasco, andaluz o catalán es capaz de triunfar donde fracasan los chilenos, argentinos o peruanos."
Y encima, los japoneses "pasan desapercibidos", puntualizó irónico, antes de apuntar que ése sería el nexo con los premios literarios, además de que también quiere dedicar su obra al «Concursante Latinoamericano Desconocido» que sale a cazar premios «búfalo», llamados así por el escritor Roberto Bolaño porque son más alimenticios que literarios.
Autor de otros libros de relatos como «Helarte de amar» y «Ajuar funerario» o de ensayos como «rePublicanos» y «Mi poncho es un kimono flamenco», Iwasaki aseguró que este nuevo libro es su obra "más española, más japonesa y más peruana", por lo que, urgido a responder dónde está lo peruano en este libro, sentenció: "No hay nada más peruano que un japonés sin papeles en España".
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