Este artículo se publicó hace 15 años.
Jimena golpea la península mexicana de Baja California
El huracán Jimena perdió fuerza el miércoles y se degradó a tormenta tropical, después de golpear duramente con viento y lluvia la península mexicana de Baja California, donde derribó postes, árboles y viviendas endebles.
Jimena llegó a la costa oeste de la península como huracán categoría 1 con vientos de 145 kilómetros por hora (kph) y fuertes ráfagas.
Los residentes de la comunidad de Ciudad Constitución regresaron a sus casas inundadas para evaluar los daños por el paso de la tormenta.
En el puerto de San Carlos se derribaron postes de telégrafos y almacenes, mientras que un barco de pesca sin control rompió el muelle se rompió y otra pesada embarcación se hundió.
Las autoridades no han informado de víctimas, pero señalaron que en el municipio de Comondú se cayeron árboles y hubo decenas de techos destruidos, además de algunas carreteras y caminos locales dañados.
En todo el estado de Baja California Sur, unos 50.000 usuarios se quedaron sin servicio de energía eléctrica, dijo la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Jimena, que impactó en una zona donde jamás había golpeado un huracán y donde fueron evacuadas unas 3.000 familias, pasó antes por el exclusivo balneario de Los Cabos y obligó a los turistas a refugiarse en sus hoteles, pero no se registraron daños serios.
A su paso, el fenómeno climático perdía fuerza y se convirtió en tormenta tropical, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) en un informe la noche del miércoles.
Jimena se encontraba a unos 35 kilómetros de Santa Rosalía y se dirigía hacia el norte a 15 kilómetros por hora, tras haber alcanzado hace unos días la extremadamente peligrosa categoría 4 y degradarse paulatinamente.
TURISTAS VARADOS
Las cortinas de precipitaciones y los fuertes vientos han afectado al extremo de la península, donde hay exclusivos campos de golf, clubes náuticos y hoteles de cinco estrellas en Los Cabos.
Pero horas después, para el balneario ya había pasado lo peor de la tormenta e incluso por la tarde del miércoles salió el sol y los turistas caminaban por las playas.
"Pensamos en irnos, pero fue mejor quedarnos", dijo Nate Gray, de 24 años y procedente de Michigan, que decidió permanecer con su esposa de luna de miel en Los Cabos unos días más.
México no tiene instalaciones petroleras, plantaciones de café o intereses mineros significativos en la zona. El puerto del Cabo San Lucas se cerró.
Una reunión de funcionarios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para discutir sobre los paraísos fiscales tuvo que ser trasladada de sede, de Los Cabos a Ciudad de México.
Los empleados de los lujosos hoteles colocaron tablones sobre las ventanas, cubrieron los muebles con plásticos y convirtieron las salas de conferencia en refugios para la tormenta, con camas plegables y juegos de mesa.
Las familias pobres, los empleados de hoteles y los albañiles de Los Cabos se amontonaron en refugios levantados en escuelas después de que unas 5.000 personas fueran evacuadas.
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