Este artículo se publicó hace 15 años.
Jo Alexander rompe un silencio de 13 años con su nuevo libro "L'hivernacle"
Jo Alexander escribió su primera novela, "Criaturas Extrañas", a los 19 años. Hablaba de la noche, las drogas, el sexo y el alcohol. Ahora, trece años más tarde, esta barcelonesa publica "L'hivernacle", su primer título en catalán, con la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial como telón de fondo.
Dos novelas, a las antípodas la una de la otra, que reflejan la madurez personal y la abismal distancia entre esa adolescente y la actual mujer de 32 años.
"He estado aprendiendo a escribir", sentencia en una entrevista con Efe, "he leído mucho, he visto más cine y he mejorado los errores que cometía".
"L'hivernacle" (Quaderns Crema) explica la historia de Jane, la inquieta hija de un coronel francés, que debe refugiarse en la casa rural de una amiga de su padre, en un pueblo aislado del sur de la Francia ocupada.
Bajo la sombra de varios secretos que planean entre las dos mujeres, la joven descubrirá a un soldado alemán que se esconde en el invernadero de la casa y con quien establecerá unos vínculos de atracción prácticamente inconfesables.
La sensualidad y el erotismo siguen marcando las palabras de Alexander, quien disfruta jugando con "la ambigüedad" y la "pasión contenida", sin ser relatada explícitamente, "sobre todo en el amor".
Polifacética de vocación, Joana Sánchez (Barcelona, 1977) ha desarrollado sus aptitudes lingüísticas -fue miembro del colectivo 'Germanes Quintana', que publicó hasta tres novelas de cuentos eróticos, de terror y familiares-, pero también las musicales, a través de su grupo de pop-rock Los Ángeles, y las periodístico-televisivas.
"Todo sale del mismo sitio, sólo cambia un poco la forma. Si sabes escribir canciones, sabrás escribir poesía", puntualiza la barcelonesa.
Para ella, cine, música y literatura son un "paquete inspirativo" ineludible a la hora de escribir y, de hecho, la música la acompaña hasta tal punto que "si una sílaba chirría" busca la manera de que suene mejor, "como si fuera una canción", dice.
Según explica, elegir la Segunda Guerra Mundial como escenario de la novela fue "una casualidad absoluta" que sirvió a esta joven escritora para enmarcar a sus personajes en un entorno "difícil" que requería una reacción, un aprendizaje y una evolución de sus caracteres.
"La guerra despierta los instintos más inverosímiles", indica uno de los pasajes del libro.
A pesar de eso, los protagonistas "viven en un mundo paralelo, como si todos estuvieran protegidos por un gran invernadero", narra Jo.
Y es que no hay bombas ni episodios sangrientos en el pequeño pueblo francés, la guerra sólo aparece en la novela a través de cartas y habladurías de la gente del pueblo.
El silencio, las risas, las confesiones y los secretos se unen en la primera obra en catalán de la artista, una lengua que lamenta no haber usado antes porque asegura que es "más musical y luminosa" que el castellano.
"Si pudiera, cada novela la escribiría en un idioma distinto, pero sólo sé dos", ironiza Alexander.
Ahora, esta joven barcelonesa parará un tiempo para leer, ver cine y empaparse de nuevos referentes para sopesar cómo será su nueva criatura literaria.
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