Joan Majó, exministro de Energía e Industria con Felipe González entre 1985 y 1986, cree que España necesita "no sólo una reactivación económica, sino una reconversión del sistema productivo" que impulse las energías renovables y las tecnologías, y modernice la industria del automóvil.

Majó, recientemente elegido miembro del "consejo de sabios" creado por el Gobierno de Artur Mas para dinamizar la economía catalana, acaba de publicar "Luz al final del túnel", un libro optimista desde el título en el que trata de explicar no sólo de dónde viene la crisis, sino cómo sobrevivir a ella.

"No nos moriremos, pero la enfermedad será larga", vaticina el exministro en una entrevista con Efe.

Majó cree que la salida de la crisis será más lenta que en otros países por la gran cantidad de reformas que deben ser abordadas en España.

Según el exministro, se impone una reconversión de una "parte importante del PIB".

Asegura que "hay que inventar un millón y medio de puestos de trabajo" (los perdidos en la construcción) y apunta al sector de las energías renovables, el mercado de la información y la industria del automóvil como posibles soluciones, siempre que se reestructuren para buscar nuevas oportunidades de creación de valor añadido.

Majó se muestra partidario de que los salarios mantengan el poder adquisitivo, pero advierte de que si la productividad no crece la economía española perderá competitividad frente al exterior.

A su entender, los niveles de productividad dependen, en último término, de la cualificación profesional y de la inversión tecnológica, por lo que se revela como un firme defensor de la I+D.

Aunque considera que la Ley de Economía Sostenible supone ir "en la buena dirección" y valora las reformas laboral, del sistema financiero y de las pensiones, opina que quedan tareas pendientes como la renovación del sistema fiscal y la del sistema educativo.

Su pronóstico es que volver al crecimiento llevará buena parte de esta década pero que, en cualquier caso, la recuperación pasa por Europa.

Majó cree que la intervención de Bruselas era necesaria porque con una moneda única "no se puede tener diecisiete políticas económicas distintas".

En su opinión, la salida de la crisis en España llegará de la mano de la reactivación de la economía europea. "O salimos todos juntos o no salimos", apostilla.