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José María Merino: "Llevo a la Academia mi fervor por las palabras"

EFE

El escritor José María Merino, que esta tarde ha sido elegido académico de la Lengua, considera "un gran honor" formar parte de "una institución independiente" como la Academia, y llega a ella con "la curiosidad apasionada" que siente desde niño por el diccionario y con su "fervor por las palabras".

En una entrevista con Efe, Merino asegura que su elección supone "cerrar gratamente un ciclo vital", dado que en su infancia empezó "a descifrar el mundo de la realidad a través del diccionario, por un lado, y de los cuentos y novelas, por otro". Y esa pasión, "que permanece intacta a pesar del paso del tiempo", le servirá sin duda para su nuevo cometido.

Coruñés de nacimiento y leonés de adopción, Merino no esperaba que lo propusieran como académico, y cuando el escritor Luis Mateo Díez le comunicó que iba a presentar su candidatura, junto con Arturo Pérez-Reverte y Álvaro Pombo, se llevó "una de las sorpresas más gratas" de su vida.

"Ser académico supone el reconocimiento de mi obra por una institución independiente y muy acreditada, de la que forman parte intelectuales, creadores y estudiosos de verdadera relevancia, y que toma sus decisiones al margen de las estructuras oficiales, editoriales y mediáticas, y hasta de las convenciones de la moda", afirma Merino, que ocupará en la RAE la vacante de Claudio Guillén, fallecido en enero de 2007.

Ocupar el sillón "m" será "un gran honor" para el nuevo académico. "Tuve el gusto de hablar con Guillén en algunas ocasiones. Era una persona afable y cercana, que además tenía impregnada de gran cultura histórica y artística su universal sabiduría literaria", subraya el autor de "La orilla oscura" o "Las lágrimas del sol".

Considerado uno de los principales cuentistas en lengua española y galardonado con premios tan importantes como el de la Crítica, el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Miguel Delibes o el Torrente Ballester de Narrativa, Merino sabe que, en la Academia, es fundamental el papel de los filólogos.

"Los escritores tenemos aptitud para rastrear las palabras y destreza para relacionarlas entre sí, pero son los filólogos y lingüistas quienes conocen su naturaleza, su verdadera sustancia. Para nosotros, trabajar al lado de los filólogos no solo es una garantía de seguridad, sino un aliciente. No puedo imaginar mejor colaboración", asegura.

En la Academia se encontrará cómodo sin duda. Aparte de "la amistad profunda" que le une con Mateo Díez, conoce a otros muchos académicos, desde al director, Víctor García de la Concha, hasta el recientemente ingresado Salvador Gutiérrez Ordóñez, pasando por sus otros presentadores, Pombo y Pérez-Reverte.

Y no quiere olvidar nombres como los de Ayala, Delibes, Matute, Sampedro, Gimferrer, Carmen Iglesias, Sánchez Ron, Lledó, Muñoz Molina, García Yebra, Gregorio Salvador, Rico, Rodríguez Adrados, Blecua, Castilla del Pino...

Merino conoce la política lingüística que desarrollan las 22 Academias de la Lengua Española y considera "imprescindible la estrecha colaboración" con esas instituciones americanas, que "velan por evitar la disgregación y la compartimentación lingüística".

También cree que se debe "tener muy claro el peso del español fuera de la península ibérica".

A mediados de mayo, Merino presentará su nuevo libro, "Las puertas de lo posible -Cuentos de pasado mañana", que tiene "el futuro como escenario", y actualmente se encuentra "bastante atareado trabajando en una nueva novela".

Referente esencial del cuento en lengua española, Merino es consciente de que, "para el lector común, es más difícil leer" este género que una novela "pensada para el consumo masivo".

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