Este artículo se publicó hace 17 años.
La joven kosovar que mantiene en vilo a Austria podría al final quedarse
Arigona Zogaj, la joven inmigrante kosovar que mantiene en vilo a Austria desde hace dos semanas al esconderse de las autoridades para evitar su expulsión del país, podría al final recibir el permiso para quedarse en la república alpina, insinuó hoy el presidente de Austria, Heinz Fischer.
Las nuevas perspectivas se basan en un catálogo de criterios para conceder el permiso de residencia por motivos humanitarios elaborado por el ministro del Interior, Günther Platter, y el presidente del país federado de Alta Austria, Josef Pühringer, y que considera motivos como el idioma o el grado de integración de los inmigrantes.
Fischer, por su parte, propuso también conceder permisos de residencia a aquellos solicitantes de asilo político cuyo procedimiento esté pendiente desde antes del año 2000, una iniciativa en la que coincide con el canciller federal, el socialdemócrata, Alfred Gusenbauer.
Además, el presidente se mostró favorable a aplicar las posibilidades de un compromiso humanitario al margen de la ley, de acuerdo con la Convención de Derechos Humanos.
Según Fischer, habría que ver si no aportaría "más ventajas que desventajas" que las personas plenamente integradas, como ocurre en el caso de Arigona y su familia, "no tuvieran que temer ser expulsados" para evitar situaciones de extrema dureza.
El caso de Arigona Zogaj, que amenazó con suicidarse si era deportada, ha conmocionado a la sociedad austríaca con su petición por vídeo de no ser repatriada a Kosovo, formulada en perfecto alemán, sin acento extranjero.
El padre y cuatro hermanos han sido ya expulsados por no cumplir los requisitos legales para permanecer en el país, y sólo a su madre, hospitalizada por problemas psíquicos, se la permitió quedarse hasta que fuera encontrada la joven.
La muchacha dio señales de vida ayer miércoles y se supo que es atendida por el párroco del poblado de Ungenach, en el país federado de Alta Austria, que le ha concedido una especie de "asilo eclesiástico".
Allí podrá permanecer los próximos dos meses, en la esperanza de que se encuentre una solución humanitaria para su familia.
Mientras continúa la controversia entre los partidos políticos ante el trasfondo de que hay numerosos inmigrantes que temen sufrir la misma suerte que la familia Zogaj.
El conservador Partido Popular (ÖVP) quiere que se aplique a rajatabla la ley de extranjería, que prácticamente imposibilita el asilo político a los refugiados de Kosovo, mientras que el Partido Socialdemócrata (SPÖ) trata de encontrar una salida "humanitaria" del asunto.
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