Jóvenes católicos de todo el mundo, reunidos en la JMJ en Madrid, han expresado su deseo de oír al Papa pronunciarse sobre temas controvertidos para la Iglesia, como el uso del preservativo para prevenir el VIH, las relaciones entre los países ricos y pobres o el aborto.

Cyprien Razafinandraina es un sacerdote de Madagascar que ha venido a la JMJ como miembro de la delegación oficial de su país, compuesta por 76 jóvenes, que han sido seleccionados según su grado de compromiso con la diócesis.

"Cada diócesis se ha esforzado por enviar a dos jóvenes, elegidos por los obispos y los capellanes, y su viaje se ha financiado gracias a donaciones y a la colaboración de la Caja Solidaria de Bélgica", ha explicado Razafinandraina en conversación con Efe.

Además de la delegación oficial, Madagascar ha enviado a otros tres jóvenes estudiantes, que forman parte de un movimiento universitario religioso.

Según explica este religioso, las diócesis de Madagascar organizan un encuentro de jóvenes un año después de cada JMJ para compensar a aquellos que no han podido asistir por motivos económicos.

A Razafinandraina, que ejerce como sacerdote en la capital malgache, Antananaribo, le gustaría que el Papa se pronunciase sobre la necesidad de ser más solidarios, las relaciones entre los países ricos y pobres, y sobre el uso del preservativo para prevenir el contagio del VIH, tema en el que considera que la Iglesia "debe adaptarse".

"La posición oficial de la Iglesia está en contra y yo, como religioso, la respeto, pero siento que hay casos especiales en los que no se puede generalizar, en los que es necesario ser flexibles y solidarios", explica.

Aunque le haría "mucha ilusión" que se celebrase una Jornada en África, este sacerdote malgache es consciente de que el único país que podría ofrecer sus instalaciones para este acontecimiento es Sudáfrica.

Jaison, Peter y Praise son tres jóvenes de la India que han llegado a Madrid desde Alemania, y forman parte del movimiento apostólico internacional Schoenstatt, que defiende una renovación espiritual dentro de la Iglesia Católica y cuyas estimaciones de miembros alcanzan el millón.

A Jaison le gustaría oír lo que Benedicto XVI tiene que decir sobre cómo promover la paz y sobre cómo mejorar las relaciones entre los países pese a los intereses económicos.

Este joven veinteañero cree que los católicos en Europa están dejando de ir a misa, a diferencia de en la India, donde -asegura- la práctica católica es "mucho más intensa" y muchos jóvenes asisten a las iglesias a diario, y está seguro de que la JMJ sirve para que los jóvenes europeos retomen la costumbre de asistir a misa.

"Estoy seguro de que esta Jornada puede animarles y hacerles retomar la costumbre de asistir a misa", afirma Jaison.

En este mismo sentido, Peter, su compañero de viaje, espera que el Pontífice hable sobre por qué los jóvenes se han alejado de la religión y sobre cómo pueden recuperar su fe.

Un grupo de adolescentes recién llegados desde Colombia expresan a Efe su deseo de que Benedicto XVI hable sobre el aborto.

"Me gustaría conocer lo que opina el Papa sobre este tema tan actual, y también escuchar otros puntos de vista, a favor y en contra", asegura uno de los jóvenes miembros de la delegación enviada por la diócesis de Bogotá.