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JP Morgan planea quintuplicar la oferta de compra de Bear Stearns

EFE

JP Morgan Chase planea aumentar su oferta por Bear Stearns de 2 a 10 dólares por acción, en un intento de calmar a los accionistas del malogrado banco de inversión, víctima de la crisis crediticia y de las constantes especulaciones sobre su situación financiera.

Así lo aseguró hoy The New York Times citando fuentes cercanas y añadió que la Reserva Federal, que debe aprobar cualquier nuevo acuerdo, "se mostraba el domingo por la noche reacia al nuevo precio, tras varios días de frenéticas negociaciones secretas".

La nueva oferta supondría valorar el banco en unos mil millones de dólares y ayudaría a calmar las críticas vertidas tanto sobre la directiva de ambas firmas como sobre la intervención de la Reserva.

El pasado 16 de marzo se anunció la venta a JP Morgan de Bear Stearns, el quinto mayor banco de inversión de Estados Unidos, por dos dólares por acción (unos 236 millones de dólares en total), lo que en un principio hizo cundir el pánico entre trabajadores y accionistas y derrumbó sus títulos, que en unas horas perdieron el 90 por ciento.

Sin embargo, el banco de inversión (que ya en 2007 perdió la mitad de su valor en bolsa, al pasar de 172 a 76 dólares por título) cerró la semana pasada a 6,39 dólares cada uno, puesto que ya algunos inversores anticipaban la búsqueda de alternativas por parte de Bear o la revisión al alza de la oferta por JP Morgan.

Con 85 años de historia, Bear Stearns fue la primera entidad en anunciar, a mediados del pasado julio, la liquidación de varios de sus fondos especulativos de inversión debido a la pérdida de valor de sus activos vinculados a hipotecas de alto riesgo (subprime).

A partir de entonces se desató una crisis de liquidez debido a la multiplicación de complejos instrumentos financieros vinculados a ese tipo de deuda, que se extendió al mercado internacional.

Los 236 millones de dólares que JP Morgan pretendía pagar por su rival -que un día antes valía en bolsa 3.540 millones de dólares- eran un precio ínfimo para una compañía que consiguió sobrevivir a la Gran Depresión y las dos Guerras Mundiales.

Esa oferta desató todo tipo de críticas y acusaciones que incluso vinculan al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, con intereses particulares cercanos a la directiva de JP Morgan, al tiempo que enervó a los trabajadores, que controlan un tercio del capital y que ya oyen hablar de los primeros despidos masivos.

En su acuerdo de compraventa, JP Morgan Chase asumía con efecto inmediato todos los compromisos adquiridos por Bear Stearns, algo que contaba con el beneplácito de la Reserva Federal.

Con el ánimo declarado de evitar el hundimiento de Bear Stearns y un posible efecto dominó, la Reserva Federal se comprometió a aportar un máximo de 30.000 millones de dólares para los activos de esa entidad que carecen de liquidez suficiente.

JP Morgan calcula que el grado de exposición de Bear Stearns a la deuda vinculada a créditos hipotecarios asciende a 33.000 millones de dólares.

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