Este artículo se publicó hace 14 años.
Juez interroga mañana al presunto etarra entregado por Portugal García Arrieta
El juez Pablo Ruz interrogará mañana al presunto miembro de ETA Garikoitz García Arrieta, entregado el pasado viernes por Portugal, donde fue detenido el 9 de enero tras huir de un control de la Guardia Civil en Bermillo de Sayago (Zamora) cuando conducía una furgoneta con 10 kilos de explosivos.
García Arrieta está reclamado por el juzgado de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional por integración en banda armada, conspiración para cometer delitos terroristas y por tenencia y depósito de armas y explosivos.
Sin embargo, será Ruz, sustituto del magistrado Baltasar Garzón -suspendido de sus funciones por el Consejo General del Poder Judicial- en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, quien le tome declaración, ya que el titular del número 3, Fernando Grande-Marlaska, se encuentra de vacaciones.
El presunto terrorista fue detenido el pasado 9 de enero, cuando una patrulla del puesto de la Guardia Civil de Bermillo de Sayago se percató de la presencia de una furgoneta con placas de matrícula francesas.
Cuando los agentes procedían a su identificación y a la comprobación del vehículo, el presunto etarra se dio a la fuga con el vehículo oficial de la patrulla en dirección a Portugal.
Horas más tarde, gracias a la colaboración policial transfronteriza, miembros de la Guardia Nacional Republicana (GNR) de Torre de Moncorvo (Portugal) localizaron el vehículo utilizado en la huida y detuvieron a García Arrieta.
También ese mismo día y en el país luso fue arrestada Iratxe Yáñez Ortiz De Barrón, quien viajaba con documentación falsa en otro vehículo de matrícula francesa y que presuntamente hacía la labor de "lanzadera" de la furgoneta conducida por Garikoitz.
En el vehículo se hallaron, además de 10 kilos de pentrita, bidones sellados, diverso material utilizado para la fabricación de explosivos, dos pistolas, una gran cantidad de munición, un rifle con mira telescópica, varios conjuntos de placas de matrícula en blanco y diversa documentación.
Su destino era una vivienda de la localidad portuguesa de Óbidos, donde ETA había instalado una fábrica explosivos y que fue desmantelada un mes después.
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