Este artículo se publicó hace 16 años.
La Junta mauritana libera al presidente del arresto domiciliario
Por Hachem Sidi Salem y Vincent Fertey
La junta militar de Mauritania liberó el domingo al derrocado presidente Sidi Mohamed Ould Cheij Abdallahi del arresto domiciliario, y éste prometió luchar por regresar al cargo que perdió en un golpe de Estado incruento.
habían dicho este mes que le liberarían como parte de las negociaciones para acabar con las sanciones de la Unión Europea, pero se han negado a devolverle el cargo, como la UE, Estados Unidos y otros países les han exigido.
Francia, la antigua potencia colonial que ostenta la presidencia semestral de la UE hasta el 31 de diciembre, dio la bienvenida a la liberación pero reiteró su petición: "La solución a la actual crisis es regresar al orden constitucional", dijo en un comunicado.
Abdallahi, que ganó unas elecciones plurales el año pasado, lleva recluido desde mediados de noviembre en su localidad natal de Lemden, a unos 200 kilómetros de la capital Nouakchott.
El domingo temprano fue llevado de Lemden a su casa familiar en Nuakchott, que permanecía vigilada por soldados, y se le informó de que se le había levantado el arresto domiciliario, pero regresó después a Lemden con unos amigos, según sus simpatizantes.
En una entrevista publicada el domingo por el periódico francés Le Monde, Abdallahi dijo que se consideraba a sí mismo "el presidente legítimo, democráticamente elegido".
"Llevaré mi libertad a los límites que los líderes del golpe le pusieron. Estoy firmemente resuelto a luchar para que este golpe de Estado fracase", declaró en una entrevista que fue realizada poco antes de que fuera liberado del arresto domiciliario.
Además indicó que establecerá contactos políticos en el país y en el extranjero y que podría intentar acudir a la próxima cumbre de la Unión Africana en Adis Abeba a finales de enero.
Pero su hija Amal Mint Cheij Abdallahi dijo que su liberación "no es una libertad real". "Dudo que le permitan abandonar el país", señaló a Reuters.
SANCIONES
El líder de la junta militar, el general Mohamed Ould Abdel Aziz, que también dirigió el golpe de Estado, ha prometido elecciones presidenciales y un proceso nacional de consultas a partir del 27 de diciembre para tratar sobre la transición. Abdellahi está invitado, pero ha dicho que no va a participar.
Los partidarios del ex presidente calificaron su liberación como un intento del general de evitar más sanciones contra el séptimo mayor exportador de mineral ferroso del mundo, que también empezó a producir petróleo en 2006.
La Unión Europea y Estados Unidos, que consideran a Mauritania como un aliado en su guerra contra el terrorismo y los grupos fundamentalistas en el Sahara, han condenado enérgicamente el golpe de estado y están presionando para que Abdallahi regrese al poder.
El 21 de noviembre la UE amenazó con sanciones individualizadas contra Abdel Aziz y miembros de su administración militar si no reanudaban el mandato constitucional.
La Unión ha dicho que quiere evitar sanciones que pudieran dañar a los tres millones de mauritanos, y sigue pagando a Nuakchott unos 100 millones de dólares al año por derechos de pesca, apuntalando el presupuesto estatal.
El viernes, Estados Unidos dijo que recortará los beneficios comerciales de Mauritania a partir del 1 de enero. Washington ya ha recortado la ayuda militar y al desarrollo desde el golpe y ha prohibido la entrada de los dirigentes de la junta.
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