Este artículo se publicó hace 15 años.
La Junta permite a diplomáticos y periodistas asistir al juicio de Suu Kyi
La Junta Militar de Birmania (Myanmar) ha autorizado que diplomáticos y periodistas puedan asistir hoy a la tercera sesión del juicio contra la líder del movimiento democrático y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, informó una emisora de radio de la disidencia.
Fuentes del Ministerio de Información birmano señalaron que un diplomático por cada embajada o consulado y cinco periodistas extranjeros y otros tantos nacionales podían entrar esta tarde en la vista que se celebra en un tribunal especial, presidido por jueces militares, en la penitenciaría de Insein, a las afueras de Rangún.
El régimen militar había rechazado hasta ahora las peticiones para asistir al juicio formuladas por diplomáticos de Alemania, Australia, Francia, Italia y Reino Unido y había denegado la solicitud presentada por la defensa de Suu Kyi el pasado lunes, el mismo día que arrancaron las vistas, para que el juicio fuese abierto.
El partido de Suu Kyi y el único que resiste la presión del Gobierno, la Liga Nacional por la Democracia (LND), indicó que al ritmo actual el juicio podría quedar listo para sentencia la semana próxima.
Cinco de los 22 testigos llamados a declarar, entre ellos cuatro policías de guardia en el domicilio de Suu Kyi, testificaron ayer.
El portavoz de la LND, Nyan Win, quien está autorizado a seguir el proceso desde el interior de la sala, afirmó que el régimen trata de acabar a toda prisa con el trámite judicial para condenarla.
Suu Kyi, de 63 años, fue detenida la semana pasada después de que un ciudadano estadounidense nadara en el lago Inya hasta su casa, burlara las medidas de seguridad y se colara en el interior de la vivienda.
John William Yattaw, de 53 años, fue arrestado el 6 de mayo cuando abandonó, también a nado, la residencia de la opositora birmana en la avenida de la Universidad de Rangún.
Las autoridades acusaron a Suu Kyi de haber violado las condiciones de su arresto domiciliario, delito que se castiga con entre tres y cinco años de cárcel.
Una sentencia desfavorable impediría que Suu Kyi pudiese concurrir a las elecciones parlamentarias que la Junta Militar organizará en 2010.
La última vez que se celebraron comicios legislativos en Birmania, en 1990, Suu Kyi cumplía también arresto domiciliario y la LND ganó con más del 82 por ciento de los votos válidos emitidos, un resultado que la Junta Militar nunca reconoció porque le fue desfavorable.
Los militares gobiernan en Birmania desde la asonada de 1962.
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