Este artículo se publicó hace 15 años.
La justicia señala a los policías que custodiaron al agresor de Moreno
Los órganos judiciales quieren que se investigue si los agentes cometieron un delito de infidelidad en la custodia de presos
La Justicia culpa a la Policía Nacional. Interior mantiene silencio. Y Astrit Bushi, el peligroso delincuente albanés que quedó en libertad el pasado 31 de marzo por error tras pasar por los juzgados de Alcobendas (Madrid), continúa en paradero desconocido. La trama se complica y, de momento, nadie ha asumido responsabilidades por un cúmulo de fallos que puede acabar con los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba (Interior) y Francisco Caamaño (Justicia) dando explicaciones en el Congreso, tal y como solicitó ayer el PP.
¿Cómo es posible que Astrit Bushi, un delincuente reclamado por las autoridades de su país por dos homicidios, no regresara jamás a su celda de Valdemoro? ¿Por qué un preso peligroso y violento con una veintena de causas pendientes en España entre ellas la del asalto y la agresión al empresario José Luis Moreno abandonó por su propio pie el juzgado, con la aquiescencia de los agentes de la Policía que le custodiaban? Desde Interior sostienen que están a la espera de la investigación abierta, y que remitirán a los tribunales toda la información recabada.
Los sindicatos policiales achacan el fallo a "un sistema obsoleto"Sí lo tiene mucho más claro el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), quien ayer exhimió de toda responsabilidad al juez de Alcobendas que tomó declaración y decretó "la puesta en libertad" de Bushi "en relación al robo en un chalet de La Moraleja". Es decir, "por una causa diferente al asalto y agresión" a Moreno.
El TSJM insiste en que la "salida irregular" del delincuente "no es imputable" al magistrado, que decidió ponerle en "libertad provisional sin fianza" con la obligación de comparecer ante el juzgado "los días 1 y 15 de cada mes" por el robo de una mansión de La Moraleja. Desde el TSJM mantienen, además, que el juez de Alcobendas adjuntó un mandamiento de libertad dirigido a la prisión de Valdemoro y al juzgado de guardia, en el que comunicaba la puesta en libertad del recluso "si no estuviera preso o detenido por otra causa distinta", como era el caso.
El presidente del TSJM, Francisco Javier Vieira, leyó ayer una declaración institucional en la que recordaba "que el interno había declarado esposado, y que esposado salió de la Sala" conducido a los calabozos "bajo escolta de la Policía Nacional".
Otro miembro de la banda de Bushi fue puesto en libertad por errorVieira recordó que las personas que proceden desde un centro penitenciario "siempre y en cualquier caso" deben regresar a la cárcel. "Tras su reingreso debe comprobarse si se mantiene la prisión provisional o no [...]. Sólo después de verificarse la inexistencia de otras resoluciones podría llevarse a cabo la libertad de esas persona[...]", concluyó el presidente del TSJM.
Por eso, anunció que ya ha ordenado que se investigue si los dos policías que soltaron los grilletes a Bushi cayeron en un "delito de infidelidad en la custodia de los presos", que podría conllevar su inhabilitación y expulsión del cuerpo. Por su parte, estos dos agentes manifestaron a su superior que desconocían la peligrosidad de Bushi y que nadie les informó sobre qué debían hacer con él. Los sindicatos policiales se reafirman en la inocencia de sus hombres y achacan el fallo "a un sistema obsoleto". "Vieron que el auto hablaba de la puesta en libertad del detenido y eso hicieron. Cumplieron el mandato judicial", señaló ayer el portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José María Benito. Alfredo Perdiguero, de la Unión Federal de Policía (UFP), calificó de "indecente" la decisión del TSJM.
También ayer se supo que un miembro de la banda de Bushi (Alejandro Fred Deda) salió en libertad por error el pasado 18 de marzo, aunque días más tarde fue devuelto a la cárcel.
El reo debe volver "siempre" a la cárcel tras declararFuentes de Instituciones Penitenciarias explicaron ayer cómo fue el traslado de Astrit Bushi desde la cárcel de Valdemoro (Madrid) hasta los juzgados de Alcobendas, donde se le perdió el rastro. El delincuente estaba recluido en la prisión de máxima seguridad de Puerto III (Cádiz), hasta que el pasado 21 de marzo llegó a Valdemoro. Los máximos responsables de Instituciones Penitenciarias sabían de la peligrosidad de Bushi, por lo que le habían incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES). El reo debía declarar en varios juzgados de Madrid, donde tenía numerosas causas pendientes. El 31 de marzo, la Guardia Civil trasladó al recluso hasta los juzgados de Plaza de Castilla, y después, a los de Alcobendas. "La Guardia Civil se encarga siempre de todas las conducciones de los presos", confirmaron ayer desde Instituciones Penitenciarias. Ya en Alcobendas, la Guardia Civil entregó la custodia a la Policía. El procedimiento indica que, tras la declaración ante el juez, la Guardia Civil debe custodiar de nuevo al procesado hasta los calabozos y, de ahí, devolverlo "siempre" a la cárcel, "diga lo que diga el juez". Será ya en prisión donde se ejecutará el mandamiento de libertad, si así lo decide el magistrado.
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