Este artículo se publicó hace 17 años.
Los Kaczynski pierden fuelle antes de las elecciones
El líder liberal Donald Tusk convence en los debates de televisión y va primero en los sondeos en Polonia
El próximo presidente de Polonia podría llamarse Donald Tusk. El candidato a las elecciones presidenciales del próximo domingo por la Plataforma Cívica (PO) se impuso claramente a sus rivales en los debates televisivos de los últimos días, según las encuestas.
La PO es algo más liberal que el partido Ley y Justicia (PiS) de los hermanos Lech y Jaroslaw Kaczynski, y además se distingue por ser proeuropeo. Un 77% de los televidentes consideró a Tusk más convincente que al primer ministro Jaroslaw Kaczynski en el debate del viernes. “Tusk ha ganado con estilo”, sentenció el diario Gazeta Wyborcza.
También Rzeczpospolita, un rotativo más próximo al Gobierno, puso malas notas al primer ministro y lamentó que el equipo electoral del PiS de los Kaczynski no hubiera armado a su candidato con un argumentario más sólido.
El líder liberal también convenció al 50% de quienes vieron el duelo de este lunes con el candidato del bloque de izquierdas LiD, Aleksander Kwasniewski, quien obtuvo el favor del 42% de los 38.000 encuestados ayer por un portal de noticias.
Defensa de Nación e Iglesia
Kaczynski intentó sortear los reproches de Tusk con declaraciones de principios: “Queremos construir una Polonia patriótica, una Polonia donde los valores estén unidos a nuestras tradiciones, nuestra Nación, nuestra Iglesia”, proclamó el primer ministro.
Tusk, en cambio, se mostró más pragmático y expuso sus propuestas para lograr que regresen los alrededor de dos millones de polacos que en los últimos años se han marchado al extranjero para buscar un mejor trabajo, sobre todo en Gran Bretaña, Irlanda y Suecia.
Después de dos años de gobierno, Polonia celebra el domingo elecciones anticipadas. Acusaciones mutuas de corrupción acabaron este verano con la coalición que formaba el partido de los Kaczynski con la ultraderechista Liga de Familias Polacas (LRP) y el partido populista de campesinos Samoobrona (Autodefensa).
En el debate con Kwasniewski, Tusk jugó también la carta del pasado y echó en cara al candidato de la izquierda su biografía comunista. Promocionado directamente por el dictador Wojciech Jaruzelski, Kwasniewski había sido ministro de Juventud en el gobierno comunista de Polonia entre 1985 y 1987.
Kwasniewski, presidente del país cuando Varsovia apoyó la guerra de Irak, se defendió diciendo que para él la palabra “socialismo” no es “ningún insulto”, y aseguró sentirse más cerca de políticos como el ex líder británico Tony Blair.
La influencia de estos duelos en TV en el electorado parece notable. La semana pasada, antes de que se celebrara el primero, el 36% declaraba su intención de votar al PiS de los Kaczynski frente al 33% que iba a optar por la PO de Tusk.
Pero, según una encuesta, esos valores han dado un vuelco y se sitúan ahora en un 46% y un 32%, respectivamente. La PO obtendría así hasta 236 diputados y la mayoría absoluta. Pero las elecciones polacas son imprevisibles, y los políticos suelen guardarse ases en la manga.
El PiS de los gemelos se impuso en 2005 a Tusk después de sacar a relucir en el último momento que el padre del candidato liberal había ingresado en el Ejército alemán en 1944. Fue un reclutamiento forzoso en tiempos de guerra, pero el truco quizá bastara para darle la vuelta a los sondeos.
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