Este artículo se publicó hace 16 años.
Kampusch dice que el caso de Amstetten ha cambiado su forma de ver la vida
El caso de abusos sexuales e incesto de Amstetten ha cambiado la forma de ver la vida de Natascha Kampusch, la joven austríaca que pasó ocho años y medio secuestrada en un sótano hasta que logró escapar en 2006.
El caso de Elisabeth Fritz, secuestrada por su propio padre desde los 18 a los 42 años y sometida a incontables violaciones de las que nacieron siete niños, la ha llevado a reflexionar mucho, explicó Kampusch en una entrevista con el semanario "News".
"He llegado a la conclusión de que soy muy joven y no aporta nada encerrarse en casa como una abuela y pensar de forma pesimista", explicó la joven tras haber comparado su caso y el de Elisabeth.
"Tengo la mayor parte de mi vida por delante y me gustaría tener alegría en ella. No quiero volver a estar aislada, ya lo estuve durante ocho años", agregó.
La joven de 20 años, que fue secuestrada con diez años cuando iba camino del colegio, pasó gran parte de su cautiverio en un zulo bajo la casa de su captor, hasta que en agosto de 2006 logró escapar por sus propios medios.
También tuvo palabras "para aquella gente que antes había dicho tonterías. Para aquellos que decían que mi vida en el sótano fue un paseo. Y que ahora, de hecho, soy famosa. Esa gente debería encerrarse durante una semana en una habitación de 20 metros cuadrados".
El cambio en su forma de ver la vida lo resumió al decir que "está tratando de liberarse por segunda vez" y que "cada día es una hoja en blanco, vacía, que puede llenarse".
El vitalista cambio de la joven se produce a poco de que se emita su estreno como entrevistadora el domingo en un canal privado austríaco de televisión. El primer invitado es el antiguo campeón del mundo de Fórmula Uno Niki Lauda.
Kampusch confirmó también lo que sus abogados ya habían informado, que es la propietaria de la casa de su secuestrador, Wolfgang Priklopil, que había solicitado como compensación, y que incluso ha bajado al zulo donde estuvo secuestrada.
"He estado en la casa para arreglar algunas cosas sin importancia. Y también he bajado abajo. Estuve un poco sorprendida por lo que había hecho la policía Criminal en el lugar. Hay por todos lados enormes agujeros en la pared".
Sobre su vida diaria, declara que tiene la sensación de que la gente empieza a verla con normalidad y no como si fuera "una extraterrestre".
La joven confiesa que sigue sin pareja a la espera de que aparezca un "príncipe azul", aunque se declara muy cauta con los temas del amor, e incluso "algo paranoica".
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