Karzai es reelegido con un millón de votos fraudulentos

"Salvo que ocurra un milagro, nosotros somos los ganadores". Así de eufórico se mostraba ayer Wahid Omar, portavoz del presidente afgano, Hamid Karzai, cuando ayer la Comisión Electoral desveló que Karzai, con el escrutinio provisional finalizado, había ganado las elecciones del 20 de agosto con una mayoría absoluta del 54,6% de los votos y con una participación del 38,7%.

Si esos resultados acaban confirmándose, pues todavía no son oficiales, Karzai conseguiría evitar la tan temida segunda vuelta contra su antiguo ministro de Asuntos Exteriores, Abdullah Abdullah, que con el 27,8% de los sufragios es el segundo candidato más votado.

A pesar de la alegría en las filas de Karzai, las elecciones continúan en entredicho. Ayer, horas antes del anuncio de la Comisión Electoral, la misión de observadores de la UE afirmó en un comunicado que 1,5 millones de los votos, algo más del 25% de los sufragios totales, pueden ser fraudulentos, de ellos, más de un millón son favorables a Karzai.

El entorno del presidente afgano estaba enormemente enojado por esas acusaciones. Su equipo de campaña condenó las afirmaciones de la UE y las calificó de "irresponsables".

La Comisión de Quejas, que es un órgano independiente en el que hay miembros de la ONU, ordenó ayer a la Comisión Electoral escrutar de nuevo un 10% de los colegios electorales en los que ya se dijo que se hallaron indicios de irregularidades.

Las elecciones en Afganistán están bajo sospecha de fraude y corrupción desde antes del 20 de agosto. La cadena británica BBC denunció los días previos que muchas tarjetas de voto se habían vendido por siete euros.

El mismo día de los comicios, Abdullah acusó a Karzai de introducir en la provincia de Gazni más de 80.000 papeletas con su nombre, algo que el presidente negó rotundamente. Las denuncias de fraude no han dejado de sucederse y los votos de más de 600 colegios están en "cuarentena", según la Comisión Electoral.