La cineasta iraní Firouzeh Khosrovani presenta hoy en Pamplona el primer montaje de lo que será su próximo documental, "Los mil y un iranes", que pretende contrastar la visión que tiene Occidente de un país que conoce indirectamente por imágenes de informativos o por la propaganda del régimen.

Así lo ha señalado hoy la propia Khosrovani en conferencia de prensa, en la que ha explicado que tan sólo ha culminado el 10% del producto final, que calcula que podrá estrenar en medio año en su propio país, donde se ha mostrado esperanzada en no tener problemas con el régimen de Irán, en donde vive.

El documental, que llegará a la media hora de duración, se presenta con un montaje complicado porque buena parte del mismo se basa en imágenes de archivo, en filmaciones conseguidas en portales como Youtube, en fragmentos de películas sobre Irán consumidas en el exterior, en definitiva, en las imágenes sobre las que los ciudadanos de Occidente han construido su idea de la realidad de Irán.

El trabajo, que documentará estas imágenes con entrevistas a ciudadanos occidentales sobre su visión del país persa, también aportará la visión desde el exterior de la propaganda que hace la propia República islámica del país, "imagen a veces positiva, a veces amenazadora", ha dicho la cineasta.

Se tratará así de intentar revelar una realidad que no coincide con la que muestran ambas partes, ya que allí "la gente, sobre todo las autoridades, piensan que Irán es el epicentro de atención en Occidente, que Irán es muy importante para todo el mundo, y así pueden ver que hay muchas personas que no saben dónde está y qué es Irán".

Khosrovani mostrará esta tarde los primeros minutos ya montados de su proyecto, dentro de las jornadas organizadas por IPES centradas en Irán, en las que se proyectará su documental "Rough Cut" ('Corte seco', de 2007), que ha sido exhibido en medio centenar de festivales con gran éxito, y en que se muestra de forma metafórica la censura sobre el cuerpo femenino y la imposición del velo a las mujeres.

El documental se basa en la prohibición de mostrar en los escaparates de ropa de Irán maniquíes enteros de mujeres, de forma que las cabezas están cortadas por la mitad y los senos cercenados, aspectos que la directora relaciona con la "lobotomía" sugerida hacia las mujeres o el "miedo del poder frente a la feminidad".

Sin embargo, la cineasta ha asegurado que su intención era "no sólo hacer un producto meramente político sino también estético, pero era difícil hallar un lenguaje metafórico", ha reconocido tras explicar que la censura existente en su país "paradójicamente, ha contribuido a que exista un cine valioso y culto".

Así, "a pesar de no poder mostrar algunas cosas, el director debe elegir un modo de expresarse para dar a entender en vez de mostrar", ha dicho tras insistir en el metafórico lenguaje utilizado en su caso.

Khosrovani ha señalado en todo caso estar "contenta" porque su documental sobre los maniquíes es "algo que ha documentado un período muy absurdo de imposición y censura en Irán", donde ha deseado "que un día las mujeres iraníes puedan elegir su propia vestimenta".

Asimismo, ha valorado la labor que para promover ese cambio hacen los artistas en su país, de forma que "el cine iraní ha jugado un papel muy importante tras la revolución islámica" como "embajadores" del país y como transmisores de la realidad "compleja, contradictoria, interesante" que es Irán, que también es "un laboratorio de ideas", ha dicho.